Mucho se ha dicho y creído sobre la existencia de ciertos túneles que unirían diversos sectores de Lima, tales como los que parten de algunas iglesias y conectan con Palacio de Gobierno. Ahora sabemos, gracias a las últimas investigaciones venidas de la arqueología histórica, que dichas creencias forman parte de la mitología urbana, alimentadas por algunas tradiciones de Ricardo Palma, pero sin un sustento científico.
En diciembre del 2012, científicos sociales, arqueólogos e historiadores se juntaron en un encuentro académico desarrollado en el Centro Cultural de San Marcos para participar de un mayor acercamiento a la Lima subterránea, aquella que puede apreciarse a través de las bóvedas, criptas o en el antiguo canal de Huatica, por ejemplo, pero que, definitivamente, no corresponden a ninguna de las figuras arquitectónicas que se suelen referir en las leyendas urbanas.
Producto de este esfuerzo colectivo nace, precisamente, el libro
Lima subterránea. Criptas, bóvedas, canales virreinales y republicanos, editado por el historiador Richard Chuhue y el arqueólogo Pieter van Dalen, también director del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).
Esta obra, publicada bajo el sello del Fondo Editorial de la UNMSM, resulta pionera dentro de los estudios de arqueología histórica realizados en el Perú. Comprende el periodo que va desde el momento de la invasión española hasta nuestros días. Al respecto, la arqueología histórica puede dividirse en arqueología colonial temprana, arqueología colonial, arqueología republicana del siglo XIX y del siglo XX.
San Marcos
De los diez trabajos que se incluyen en este volumen, dos tratan sobre espacios en los que la Decana de América tuvo en uso: el área de San Fernando y el área del actual Congreso de la República. Se definen las características en cuanto a las técnicas constructivas, los materiales empleados y los usos de espacio, cruzando información, para ello, con los documentos históricos existentes.
Para Pieter van Dalen, estos aspectos de la Lima colonial eran desconocidos y se presentan como una novedad en este libro. "Sabíamos que los terrenos con los que contaba San Marcos en periodos coloniales eran muy amplios, había gran cantidad de espacios y de locales que, lamentablemente, se han ido perdiendo con el paso de los años. Muchos de estos espacios están ocupados actualmente por otras instituciones, como el Congreso de la República, y es ahí donde se han hecho excavaciones para identificar las características de las ocupaciones coloniales tempranas", comenta.
Criptas
Tal como se ha señalado más arriba, las excavaciones en el interior de las iglesias, casonas coloniales y otros recintos revelaron que no se trataban de túneles, sino de criptas mortuorias. En la colonia no había cementerios –el primer cementerio fue Presbítero Maestro– y toda la población de Lima era enterrada en el interior de las iglesias, pues había la creencia de que estando en ellas uno se acercaba más a la salvación de su alma. Así, dependiendo del estatus social del difunto, este era enterrado más cerca al altar. "Por ello, existen grandes y profundas criptas en las cuales se encuentra enterrada casi toda la población colonial de Lima. Son trescientos años de vida colonial, cuánta población vivía en Lima, cuánta en sus alrededores; y toda esta población era enterrada ahí", asevera Van Dalen.
Cabe señalar que participan también en este volumen los docentes de la Escuela de Arqueología de la UNMSM, Dr. Alberto Bueno Mendoza, con un estudio referido a la arqueología prehispánica de Lima; y Rubén Wong Robles –junto con Carlos Vega Vidal– con investigaciones hechas en lo que antes era el canal de Huatica. También están los aportes de diversos especialistas que han estudiado los restos materiales de nuestros antepasados a partir de la época colonial. Lima subterránea es así, sin duda, un libro excepcional que reúne por primera vez investigaciones que nos dan más luces sobre esta disciplina social conocida como arqueología histórica.