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miércoles, 13 de febrero de 2013

BENEDICTO XVI RENUNCIA.......

QUE BIEN .......

Domingo, a 2 de Diciembre de 2012 -- Alfredo -Webmaster-
 
Adolf Hitler, el más grande asesino en masas de la historia, momentos antes de pasar revista a las tropas nazis que invadirán Polonia. En el estrado de las personalidades, Hitler saluda afusivamente al feliz y sonriente primado de Iglesia Católica en Alemania, y le pide su bendición para que la invasión sea un éxito

Adolf Hitler saluda al Arzobisco de Berlín en un acto de exaltación de los valores arios
El cardenal primado de Alemania, feliz y sonriente, brazo en alto, pasa revista a los soldados del Escuadrón Muerte de las SS nazis

Mientras preparo una actualización de este post, actualización en la que incluiré la tremenda historia del Partido Ustasha (nazi) y la Iglesia Católica durante la Segunda Guerra Mundial, vuelvo a pasar a la primera página del blog este detallado relato de la vida, obra y 'milagros' de muchos de los papas de Roma.
Es, como veréis, una demostración de lo maravillosos que pueden llegar a ser los representantes de un dios en la Tierra. A algunos os sorprenderá: a mí no.  


La historia de la Iglesia Católica está llena de truculencias y actos de una extrema gravedad, impropia de los que se autocalifican como seguidores de Cristo, cuando en realidad sólo son los sucesores de un sacerdocio pagano.

Muchos de los papas fueron tan depravados en sus acciones que los que no profesaban ninguna religión ni creencia, se avergonzaban de ellos. Pecados como el adulterio, la sodomía, la violación, el asesinato y el abuso extremo del alcohol, han sido cometidos por muchos papas a través de la historia.

Curiosamente, ninguno de los papas del último siglo y medio, desde León XII hasta el actual, Benedicto XVI, repito, ninguno, jamás ha manifestado el más mínimo reproche a esas sórdidas historias que están grabadas en los libros con letras de escarnio y vergüenza.

Repito: ningún papa ha pedido un verdadero y sentido perdón por el pasado, ni tampoco han renegado de esas prácticas deleznables.

Soy consciente de que atribuirle esa clase de pecados (para los que crean en el pecado) a quienes se autoproclaman como los «Santos Padres», los «Vicarios de Cristo», el «obispo de obispos» o el «vicedios», será alarmante para algunos de los lectores de esta bitácora, pero para los estudiosos de la historia del papado es una realidad: muchos descendientes de Pedro han sido de todo, menos hombres santos.
Empecemos a relatar algunas de las hazañas de estos "anguelitos":
El papa Sergio II, que reinó del 904 al 911, obtuvo la oficina papal por medio del asesinato. Los anales de la Iglesia de Roma hablan sobre su vida en pecado con Marozia, una conocida prostituta de esa época, quien le engendró varios hijos ilegítimos. Este papa fue descrito por Baronio y otros escritores eclesiásticos como un «monstruo» y por Gregorio como un «criminal aterrorizante». Dice un historiador: «Por espacio de siete años este hombre ocupó la silla de san Pedro, mientras que su concubina, imitando a Semíramis madre, reinaba en la corte con tanta pompa y lujuria, que traía a la mente los peores días del viejo Imperio». Refiriéndose a otra, dice: «Esta mujer -Teodora de nombre-, junto con Marozia, la prostituta del Papa, llenaron la silla papal con sus hijos bastardos y convirtieron su palacio en un laberinto de ladrones».

Y así, comenzando con el reino del papa Sergio, vino el período (904-963), conocido como «el reinado papal de los fornicarios».

Teodora hizo papa a Juan X (914-928). Este había sido enviado a Ravena como arzobispo, pero para satisfacer sus deseos carnales, lo hizo volver a Roma y lo hizo nombrar papa. Su reinado tuvo un fin súbito, cuando Marozia lo asesinó.

Marozia quería deshacerse de Juan X para, de esta manera, poder llevar a León IV (928-929), al oficio papal. Su reinado fue muy breve, pues éste también fue asesinado por Marozia cuando ella se enteró de que este había entregado su cuerpo a una mujer más descarada que ella.

Poco después llevó a su propio hijo ilegítimo (de Sergio III) al trono papal. ¡El muchacho era todavía un adolescente! Tomó el nombre de Juan XI. Pero durante un altercado con los enemigos de su madre fue azotado y puesto en prisión, donde lo envenenaron y murió.

En el año 955 el nieto de la prostituta -después de varios encuentros sangrientos- pudo tomar posesión del trono pontificio bajo el nombre de Juan XII. Llegó a ser tan corrompido que los cardenales se vieron obligados a hacer cargos contra él. Este rehusó a presentarse para contestar a las acusaciones y en vez de esto, ¡los amenazó con excomulgarlos a todos! Aun así le hallaron culpable de varios crímenes y pecados, incluyendo los siguientes: hizo prender fuego a varios edificios, bebió un brindis dedicado al demonio, jugó a los dados e invocó la ayuda de los demonios, obtuvo dinero por medios injustos y fue enormemente inmoral. Tan viles fueron sus acciones, que incluso el notable obispo católico romano de Cremorne, Luitprand, dijo de él: «Ninguna mujer honesta se atrevía a salir en público con él, porque el papa Juan no tenía respeto a mujeres solteras, casadas o viudas, puesto que él faltaba al respeto aun a las tumbas de los santos apóstoles, Pedro y Pablo». Levantó la ira del pueblo al convertir el Palacio Laterano en «una casa de prostitución pública» y fue descrito por el Liber Pontificalis con las siguientes palabras: «Pasó toda su vida en adulterio». Finalmente, su vida terminó mientras cometía adulterio: el furioso esposo de la mujer con las que copulaba, lo mató.

El papa Bonifacio VII (984-985) mantuvo su posición a través de cuantiosas distribuciones de dinero robado. El obispo de Orleans se refirió a él (y también a Juan XII y León VIII), como «monstruos de culpabilidad, llenos de sangre y suciedad», y como «Anticristos sentados en el templo de Dios». Además, Bonifacio fue un asesino. Hizo que el papa Juan XIV fuera encarcelado y envenenado. Cuando el papa Juan murió, el pueblo romano arrastró su cuerpo desnudo por las calles. La sangrienta masa de carne humana que había sido un papa, fue dejada a los perros. A la mañana siguiente, sin embargo, algunos sacerdotes lo enterraron secretamente. Bonifacio asesinó al papa Benedicto VI estrangulándolo. El papa Silvestre II lo llamó «un horrendo monstruo que sobrepasó a todo mortal en su maldad». Pero, evidentemente, el papa Silvestre no era mucho mejor, pues la Enciclopedia Católica dice que «... el pueblo le consideraba como un mago pactando con el diablo».

Enseguida vino el papa Juan XV (985-996), quien dividió las finanzas de la Iglesia entre sus familiares, lo que le trajo la reputación de ser «codicioso, de torpes ganancias y corrompido en todas sus acciones».

Benedicto VIII (1012-1024) «compró el oficio de papa por medio de chantaje». El siguiente papa, Juan XIX (1024-1033), también compró el papado y pasó por toda la escala de títulos eclesiásticos reconocidos en un solo día. Después de esto, Benedicto IX (1033-1045) fue elegido papa, siendo apenas un niño de 12 años, por medio de arreglos monetarios con las poderosas familias que manejaban a Roma. Este papa-niño creció en la maldad y «cometió homicidios y adulterios en pleno día; hizo robar a peregrinos en las catacumbas de los mártires». Fue un horrendo criminal a quien el pueblo desterró de Roma.

Finalmente, la compra y venta del cargo papal se hizo tan común y la corrupción tan pronunciada que los gobernantes seculares tuvieron que intervenir en el nombramiento de los papas. Enrique III, emperador de Alemania, eligió a Clemente II (1046- 1047), que era un clérigo alejado de la corte papal porque «ningún sacerdote romano pudo ser hallado limpio de corrupción de simonía y de fornicación», declaró un historiador.

Muchos de los papas fueron asesinos, pero sin duda alguna Inocencio III (1194-1216) sobrepasó a todos sus predecesores en homicidios. Durante su reinado, Inocencio (el cual era todo menos «inocente»), hizo asesinar a más de cien mil supuestos «herejes». El promovió la más infame y diabólica acción en la historia de la humanidad: la Santa Inquisición. Por espacio de más de 500 años, los papas usaron la Inquisición para poder mantener el poder. No se tiene constancia del número de personas inocentes fueron asesinadas al no estar de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia Católica Romana. De momento, ningún papa ha pedido perdón por la Santa Inquisición.

El papa Bonifacio VIII (1294-1303) -otro de la negra lista medieval- practicó la brujería. Llamó mentiroso e «hipócrita» a Cristo, profesó ser ateo, negó la vida futura y fue un homicida y un pervertido sexual. Oficialmente dijo lo siguiente: «El darse placer a uno mismo o con mujeres, es tan pecado como frotarse las manos». Y -aunque parezca imposible- él fue quien escribió la bula Unam Sanctum, en la cual declaró oficialmente que la Iglesia Católica es la única y «verdadera» Iglesia, ¡fuera de la cual nadie puede salvarse! Fue este inmoral papa quien declaró oficialmente: «Nosotros afirmamos y declaramos definitivamente que es necesario, para la salvación, que todo ser humano sea sujeto al pontífice de Roma».

Fue durante el reinado de este papa, cuando Dante visitó Roma. Describió el Vaticano como el «alcantarillado de la corrupción», y puso a Bonifacio (junto con los papas Nicolás III y Clemente V) en «las profundidades del infierno».

Durante el período de 1305 a 1377, el palacio papal estuvo situado en Avignon (Francia). Durante esta época, Petrarca declaró que dicho establecimiento papal era un lugar de «violación, adulterio y toda clase de fornicación». Y debido a que los papas eran tan inmorales, no debemos sorprendernos de que los sacerdotes no fueran mejor que ellos. Como consecuencia, en muchas parroquias los feligreses insistían en que los sacerdotes tuvieran concubinas «como protección para sus propias familias».

Durante la larga celebración del Concilio de Constanza, llegaron a existir hasta tres papas a la vez, y algunas veces cuatro, que se insultaban todas las mañanas acusándose los unos a los otros de anticristos, demonios, adúlteros, sodomitas, enemigos de Dios y del hombre. Uno de estos «papas», Juan XXII (1410- 1415), compareció ante el Concilio para dar cuenta de su conducta. «Fue acusado por 37 testigos (obispos y sacerdotes, en su mayoría) de fornicación, adulterio, incesto, sodomía, hurto y homicidio» Y se probó con una legión de testigos que había seducido y violado a 300 monjas. Su propia secretaria, Niem, dijo que en Bolonia mantenía un harén donde no menos de doscientas muchachas habían sido víctimas de su lujuria. Por todo ello el Concilio lo halló culpable de 54 crímenes de la peor categoría; le depuso del papado, y, para no verse condenado a lo que se merecía, el indigno papa optó por huir.

El registro oficial del Vaticano ofrece de este hombre esta información sobre su inmoral reinado: «Su señoría, el papa Juan, cometió perversidad con la esposa de su hermano, incesto con santas monjas, tuvo relaciones sexuales con vírgenes, adulterio con casadas y toda clase de crímenes sexuales... entregado completamente a dormir y a otros deseos carnales, totalmente adverso a la vida y enseñanzas de Cristo... Fue llamado públicamente el Diablo encarnado». Para aumentar su fortuna, el papa Juan puso impuestos a todo, incluyendo la prostitución, el juego y la usura. Se le ha llamado con frecuencia «el más depravado criminal que se haya sentado en el trono papal».

Del papa Pío II (1458-1464) se dice que fue el padre de muchos hijos ilegítimos. «Hablaba en público sobre los métodos que usaba para seducir a las mujeres, aconsejaba a los jóvenes y hasta ofrecía instruirlos en métodos de autoindulgencia». Pío fue seguido de Pablo II (1464-1471), quien mantenía una casa llena de concubinas. Su tiara papal estaba tan cuajada de joyas, que sobrepasaba el valor de un palacio.

Vino después el papa Sixto IV (1471-1484); éste tuvo dos hijos ilegítimos de su manceba Teresa a los cuales hizo cardenales. Financió sus guerras vendiendo posiciones eclesiásticas al mejor postor, y «usó el papado para enriquecerse él y sus familiares. Hizo cardenales a ocho de sus sobrinos, aunque algunos de ellos siendo aún niños. En cuanto al lujo y extravagancias, rivalizó con los césares. El y sus familiares sobrepasaron a las antiguas familias romanas tanto en riquezas como en pompa».

El papa Inocencio VIII (1484-1942) tuvo dieciséis hijos de varias mujeres. No negó que fueran sus hijos ni que fueran engendrados en el Vaticano. Como muchos otros papas, multiplicó los oficios clericales y los vendió por vastas sumas de dinero. Incluso permitió corridas de toros en la plaza de San Pedro.

Vino más tarde Rodrigo Borgia, quien tomó el nombre de Alejandro VI (1492- 1503) Y ganó su elección al papado mediante chantajes con los cardenales, práctica común en aquellos días. Antes de ser papa, cuando aún era cardenal y arzobispo, vivió en pecado con una mujer llamada Vanozza dei Catanei y después con la hija de ésta, Rosa, con la cual tuvo cinco hijos. En el día de su coronación nombró a su hijo -joven de temperamento y hábitos viles- como arzobispo de Valencia. Vivió en incesto público con sus dos hermanas y con su propia hija y era el padre y amante de su hija Lucrecia, de quien se dice tuvo un hijo. El 31 de octubre de 1501 realizó una orgía sexual en el Vaticano, que no ha tenido parangón alguno en los anales históricos de la humanidad.

En cuanto al papa Pablo III (1534-1549), incluso la revista de signo católico Life dijo que siendo cardenal había tenido 4 hijos y en el día de su coronación celebró el bautismo de sus dos bisnietos; que eligió a dos de sus sobrinos adolescentes como cardenales, realizó festivales con cantantes, bailarinas, bufones y buscó ayuda de astrólogos.

El papa León X (1513-1521) fue elegido para 27 oficios diferentes clericales antes de tener 13 años de edad. Fue enseñado a considerar los cargos eclesiásticos sólo como un medio de ganancia. Con su producto compró el cargo y declaró que el quemar a herejes era una orden divina.

Fue durante esos días que Martín Lutero, siendo aún sacerdote de la Iglesia Romana, viajó a Roma. Al ver por primera vez la Ciudad de las Siete Colinas, cayó al suelo diciendo: «Santa Roma, te saludo». No había pasado mucho tiempo en dicha ciudad, cuando pudo darse cuenta de que Roma era todo menos una ciudad santa. Pudo ver que la iniquidad existía en todas las clases del clero. Los sacerdotes contaban chistes indecentes y usaban palabras profanas, incluso en la misa. Lutero describió a los papas de la época como peores en su conducta que los emperadores paganos y explica que los banquetes de la corte papal eran servidos por doce mujeres desnudas. «Nadie puede imaginarse los pecados tan infames y los actos que son cometidos en Roma -dijo-; tienen que ser vistos y escuchados para ser creídos». Tanto es así, que se acostumbra a decir: «Si hay un infierno, Roma está construida sobre él».

Un día, durante la visita de Lutero a Roma, vio una estatua en una de las vías públicas que conducen a San Pedro, que le llamó la atención, pues era de una papisa, y junto con el cetro y la mitra papal, tenía un niño en sus brazos. Era la estatua de la papisa Juana. «Estoy sorprendido -dijo Lutero- de cómo los papas permiten que la estatua permanezca allí». Cuarenta años más tarde, después de la muerte de Lutero, dicha estatua fue quitada por orden del papa Sixto V.

¿Quién fue este papa femenino al que la estatua representaba? Se dice que nació en la tierra del Rhin, en Ingleheim. Fue aclamada en Mainz por su sabiduría y más tarde se disfrazó de hombre para entrar en el célebre monasterio de Fulda (entre Frankfurt y Bebra). Se dice que también estudió en Inglaterra y Atenas y después recibió la posición de profesora de la Schola Grrecorum de Roma, antiguo colegio de diáconos. Allí ganó tanta influencia como hombre, que fue elegida papa. Sin embargo, después de un pontificado de dos años, un mes y cuatro días, fue descubierta su condición de mujer: mientras formaba parte de una procesión, dio a luz a un niño y murió. Fue en este sitio donde se erigió la estatua del papa femenino.

En tiempos recientes, la historia de la papisa Juana ha sido discutida. Por razones obvias, Roma ha tratado de ocultarlo; sin embargo, antes de la época de la Reforma, la cual expuso tanto pecado en la Iglesia Romana, la historia era parte de las crónicas y conocida por obispos e incluso por los mismos papas. El papa Anastasio, por ejemplo, la menciona en su escrito "Historia de los pontífices romanos". De hecho, todos los libros de historia de antes de la Reforma mencionan a la papisa Juana en el texto o en el margen. Se discute que hasta el siglo XV los papas tenían que pasar por un examen físico para que el caso de la papisa -el papa femenino-- no se volviera a repetir. Obviamente, la idea de un papa femenino rompe la doctrina católica de la «sucesión apostólica» y, por lo tanto, es natural que la Iglesia Romana trate de ocultar esta historia.
Al llegar al final de este tema habiendo mencionado la gran inmoralidad que ha existido en la vida de algunos papas, no queremos dar la impresión de que todos los papas han sido tan malvados como éstos.
Sin duda, los que describí aquí fueron los peores, pero ha sido necesario referirme a ellos para demostrar que la afirmación católica de que el papado es una «sucesión apostólica» es totalmente falsa. Tal declaración significaría que todos estos papas, incluyendo a los más ignorantes y perversos, habrían de ser tomados en cuenta en la línea de sucesión desde el apóstol Pedro y hasta habría que considerarlos infalibles, algo a todas luces absurdo

LOS LIOS DE LA IGLESIA CATOLICA

EL PAPA SE OPUSO AL ABORTO, A LOS SEMINARISTAS  HOMOSEXUALES...AL MASTRIMONIO GAY...¡PORQUE?



No sé si ustedes se han parado a pensarlo: ¿Por qué la Iglesia se opone al “matrimonio” gay?
A muchos les parece que el hacer posible que se casen dos hombres o dos mujeres es una medida de justicia. Si todos los ciudadanos tienen derecho a contraer matrimonio, ¿por qué no los homosexuales? Si las familias suelen organizarse en torno a dos personas que comparten su vida, ¿por qué esas dos personas han de ser siempre un hombre y una mujer? Si todo matrimonio puede procrear hijos o adoptarlos, ¿por qué privar a las parejas homosexuales de esa posibilidad?

Sin embargo, la Iglesia, remontándose a la razón humana, a la Sagrada Escritura y a toda la tradición, sigue insistiendo: el matrimonio es la unión conyugal de un hombre y de una mujer, orientada a la ayuda mutua y a la procreación y educación de los hijos.

En esta defensa a ultranza de la institución matrimonial, la Iglesia no “gana” nada. No obtiene ningún “beneficio”. No aumenta su poder, ni su influencia, ni tampoco incrementa la cantidad de donativos que pueda recibir. Al contrario, se expone al escarnio público por parte de algunos colectivos muy influyentes y al rechazo de sus posiciones por parte de sectores importantes de población. Si a pesar de este “coste”, la Iglesia sigue insistiendo en su mensaje, es que algo muy serio está en juego.

En efecto, el matrimonio no es una institución meramente “convencional”; no es el resultado de un acuerdo o pacto social. Tiene un origen más profundo. Se basa en la voluntad creadora de Dios. Dios une al hombre y a la mujer para que formen “una sola carne” y puedan transmitir la vida humana: “Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra”. Es decir, el matrimonio es una institución natural, cuyo autor es, en última instancia, el mismo Dios. Jesucristo, al elevarlo a la dignidad de sacramento, no modifica la esencia del matrimonio; no crea un matrimonio nuevo, sólo para los católicos, frente al matrimonio natural, que sería para todos. El matrimonio sigue siendo el mismo, pero para los bautizados es, además, sacramento.

Lo que está en juego, en este caso como en cualquier otro en el que la Iglesia alza la voz, es el respeto a la dignidad de la persona humana y a la verdad sobre el hombre. El sujeto de derechos es la persona, no una peculiar orientación sexual. El matrimonio no es cualquier cosa; no es cualquier tipo de asociación entre dos personas que se quieren, sino que es la íntima comunidad conyugal de vida y amor abierta a la transmisión de la vida; comunidad conyugal y fecunda que sólo puede establecerse entre hombre y mujer. Por otra parte, no se puede privar a los niños del derecho a tener padre y madre, del derecho a nacer del amor fecundo de un hombre y de una mujer, del derecho a una referencia masculina y femenina en sus años de crecimiento.

¿Por qué la Iglesia se opone al “matrimonio” gay? La única razón que encuentro es porque le “duele” el hombre. Le preocupa lo que vaya a ser de él. 

En definitiva, no se lava las manos ante la suerte de lo humano. Aunque esta defensa sea incomprendida y acarree críticas. En el futuro, se le dará la razón. ¡No lo duden!
Guillermo Juan Morado

RENUNCIA BENEDICTO XVI


El Papa encubrió la pederastia de sacerdotes católicos


Los supremos jerarcas de la Iglesia Católica, incluido el Papa Benedicto XVI, encubrieron durante muchos años la pederastia de sacerdotes y otros eclesiásticos. Los documentos que lo prueban fueron descubriertos por periodistas del “The New York Times”.

Los documentos revelados se relacionan con el caso del sacerdote norteamericano Lawrence C. Murphy, que trabajó durante más de 20 años, entre 1950 y 1974, en una escuela para niños sordos del estado de Wisconsin. Durante este tiempo, Murphy abusó sexualmente de unos 200 menores, pero no recibió ningún castigo y murió en 1998 en plena libertad, pese a las declaraciones y demandas de sus víctimas.

La correspondencia interna de obispos en Wisconsin muestra que mientras los responsables eclesiásticos discutieron sobre la expulsión del cura, la prioridad mayor fue proteger a la Iglesia del escándalo para no perder su autoridad entre los fieles.

Estos casos de sacerdotes acusados de algún delito los estudia la Congregación para la Doctrina de la Fe, que fue encabezada de 1981 al 2005 por el cardenal Joseph Ratzinger, que a la postre se convertiría en el Papa Benedicto XVI. Entre las cartas descubiertas hay unas del arzobispo de Milwaukee, Rembert G. Weakland, que en 1996 informó del casoMurphy a Ratzinger.

Tras el edicto del Vaticano, los obispos de Wisconsin iniciaron un juicio canónigo secreto para expulsar a Murphy del sacerdocio sin revelar sus delitos a las autoridades civiles. Sin embargo, el actual secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarsicio Bertone, detuvo el proceso después de que Murphy escribió una carta a Ratzinger  pidiéndo que le dejara “vivir el tiempo que me queda en la dignidad de mi sacerdocio”.

El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, reconoció que era un caso “trágico”, pero explicó que la Santa Sede no fue informada sobre este asunto hasta 1996, años después de que las autoridades eclesiásticas locales cerraran el caso.

Desde el inicio de este año, surgieron escándalos relacionados con los sacerdotes católicos. En Chile, el religioso español José Ángel Arregui Eraña, de 53 años, fue condenado a 817 días de prisión por almacenar pornografía infantil. Arregui reconoció que guardaba más de 400 horas de videos de contenido pederasta.

Antes, un gran escándalo de pederastia afectó al clero de la Iglesia Católica en Irlanda, a las víctimas les pidió perdón el Sumo Pontífice mismo. Además, se dio a conocer que el hermano del Papa, el sacerdote y dirigente del famoso coro de Alemania, Georg Ratzinger, habia pegado a los niños de su coro, respecto al cual también hay acusaciones de abuso sexual.


viernes, 18 de mayo de 2012

PADRE GASTON GARATEA, AÑOS DE POLEMICAS DECLARACIONES......

PADRE GASTON GARATEA.....AÑOS DE POLEMICAS DECLARACIONES......

JESUS DIJO: "EL QUE NO RECOGE CONMIGO...DESPARRAMA".

Con respecto al padre Gaston Garatea, la Iglesia Catolica, no ha dicho absolutamente nada, porque tiene en muy alta estima la caridad y la practica con todos sus hijos, sin distincion.


 Sin embargo, nosotros creemos que mas alla del derecho que tiene toda persona a opinar, hay quienes deben tener en cuenta la investidura que llevan, los sagrados votos que hicieron, la grey a la que pertenecen, que no es un vulgar grupo politico, donde las cosas se discuten, debaten y se someten a votacion.

La Iglesia Catolica , la Iglesia de Jesucristo, es Una, Santa, Apostolica y Romana

Eso significa, que no hay ni puede haber pensamientos contrapuestos, discordantes, porque todos somos uno en la misma Fe, en lo que creemos.

No pueden haber distintas vertientes, distintas formas de creer, de enseñar el evangelio.

Cristo es el mismo, ayer, hoy y siempre. Jamas se le ocurrio al Mesias, defender los derechos de minorias homosexuales, que ya habian en sus tiempos, cuando estuvo fisicamente entre nosotros.

 Al Mesias jamas se le ocurrio , hablar sobre el valor e importancia de la union entre personas del mismo sexo, porque no era esa su mision. La mision de Cristo, era anunciar la Buena Nueva, la Salvacion a todos los hombres.

Esa es la unica mision que tenia el padre Gaston Garatea, pero que parece, se le olvido.

 El sacerdote es hoy un apostol, como los que Cristo eligio para que vayan por el mundo anunciando su mensaje.No el mensaje de grupos gays, de grupos comunistas, como algunos malos sacerdotes quieren hacer y encima, administrar los sagrados sacramentos, lo que es inaceptable.


El Papa, es el Vicario de Cristo y el Cardenal es su Pastor, en el Peru. Un pastor cuida a las ovejas de los lobos.

LAS SIMPATIAS DEL PADRE GASTON....

El padre Gaston Garatea puede ser queridisimo en todo el Peru, por grupos y movimientos gay y pro gay, lo que no tiene nada de malo.

Puede simpatizar y querer ser parte de sus luchas de grupos homosexuales, pero que deje primero la sotana, para no ofender a Dios y a la Iglesia.

El padre Garatea puede comulgar con maricones, lesvianas e incluso ir a sus bacanales a darles consuelo, pero no puede, no debe, ni de broma, decir una sola palabra que cohoneste, un estilo de vida que esta reñido con las enseñanzas en las Sagradas Escrituras, mientras sea miembro de la Iglesia.


Esto es algo que algunos malos sacerdotes olvidan y prefieren, involucrarse en asuntos, que mas serian debates entre demonios, que entre cristianos fervorosos y creyentes.

El sacerdocio no se puede usar, para poner en duda los dogmas de la fe, menos para cohonestar perversiones, tampoco se puede administrar los sacramentos, con las manos manchadas de excrementos.


La Santidad, en un sacerdote es una vida intachable, limpia, digna, en sus actos, pensamientos y expresiones publicas. Dios Padre y Dios Hijo al momento de crear el universo por un acto de inmenso amor, quiso poblar la tierar con seres a su imagen y semejanza.....por ello "Hembra y macho los creo.........". Dio al hombre por compañera a la mujer.


¿Con que derecho se atreven hoy dia miles de depravados de todo el mundo a cuestionar, la infinita sabiduria del Creador?. No hay un tercer sexo, los homosexuales, no son imagen y semejanza de Dios, mas que en peliculas y literatura diabolicas.


La idea asquerosa del matrimonio gay, la defensa de la union entre personas del mismo sexo, es repugnante.

Eso solo cabe en la cabeza de gente enferma, perversa, promiscua, depravada. Si eres un miembro de la iglesia, si eres un clerigo, si eres un pastor, diacono, jamas te atreverias, si la amas de verdad, ponerte en contra de las enseñanzas de quien la fundo.


Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre y tiene un mensaje para estos tontos defensrores de la homoxesualidad, del matrimonio gay, de la union de personas del mismo sexo: "El que no esta conmigo esta contra mi
 San Lucas 11,14-23

miércoles, 24 de agosto de 2011

MADRE Y MAESTRA: RECLAMA EL LEGADO DE RIVAGUERO




Vaticano podría reclamar bienes de la PUCP en La Haya


Para el sacerdote Luis Gaspar Uribe, doctor en Derecho Canónico y juez eclesiástico de la Iglesia Católica, en caso la Asamblea Universitaria de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) decide no acatar la orden del Vaticano, se disolvería dicho centro de estudios y sus bienes pasarían al Arzobispado de Lima.

“En caso se disuelva la universidad, los bienes pasarían al Arzobispado de Lima, pero no para que haga lo que quiera, sino para destinarlos a estudios”, afirmó en una entrevista al diario “El Comercio”.

Asimismo, dijo que para la Santa Sede puede acudir a un tercero para dirimir a quién pertenecen los bienes de la PUCP. En este caso, podría ser al Tribunal de La Haya o Estrasburgo.

“La Signatura Apostólica (equivalente al Tribunal Constitucional) podría decir que los bienes son eclesiásticos y el Poder Judicial peruano decir que los bienes son civiles. Entonces, la Santa Sede acude a un tercero que dirima porque como el Estado del Vaticano se siente violado y acude a un tribunal internacional que puede ser La Haya o el de Estrasburgo”, manifestó.

Gaspar cree que los nombres “Pontificia” y “Católica” no están registrados en INDECOPI tal como lo afirmó el rector de la PUCP, Marcial Rubio, ya que para el Derecho Canónico dichas nomenclaturas no las puede usar nadie “sin permiso de la autoridad eclesiástica.”

Además, Gaspar sostuvo que al interior de la PUCP las funciones del Gran Canciller (Arzobispo de Lima) es nombrar a los profesores de Teología, al capellán y vigilar que a nivel institucional la universidad se identifique con la fe católica.

“No está prohibido que personas que piensen distinto a la Iglesia estudien o enseñen en la universidad, pero solo se les pide que respeten”, agregó.

Gaspar reveló que el Vaticano está al tanto del caso y que cuentan con el respaldo de la Conferencia Episcopal Peruana.



Natale Amprimo: La Pontificia Universidad Católica del Perú es propiedad de la Iglesia


Lunes 22 de Agosto del 2011, 02:04 PM Las autoridades de la PUCP anunciaron que en 30 días la Asamblea –compuesta por 80 personas, entre profesores y alumnos– decidirá si se modifica el estatuto para ver si el cardenal de Lima, Juan Luis Cipriani, elige o no al rector.


El abogado del Arzobispado de Lima, consideró que la PUCP fue constituida al interior de la Iglesia y que, por tanto, es de su propiedad, posición contraria a la que señalan las autoridades universitarias, que indican que la casa estudios es de propiedad privada. “La Universidad Católica es una institución constituida al interior de la Iglesia. Enel año 1971 la legislación peruana no contemplaba las asociaciones civiles (...)


Es una universidad que forma parte de la Iglesia”, dijo Natale Amprimo.
“Y eso es tan claro que sus estatutos, salvo estos últimos que han aprobado las actuales autoridades sin permiso del Vaticano, han establecido que la universidad se encuentra regida por las leyes del Perú y de la Iglesia, con absoluto acatamiento de las resoluciones de la Santa Sede”, agregó el letrado.