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jueves, 29 de octubre de 2020
viernes, 11 de noviembre de 2016
DONALD TRUMP ES PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS
Donald Trump gana las elecciones presidenciales de EE.UU.
Publicado: 9 nov 2016 07:30 GMT | Última actualización: 9 nov 2016 18:38 GMT
El candidato por el Partido Republicano ha obtenido la mayoría de los votos de los estadounidenses y se ha impuesto a su rival demócrata, Hillary Clinton.
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Una de las carreras presidenciales más inusuales de la historia de Estados Unidos ha culminado con la victoria del candidato republicano, Donald Trump.
El republicano se ha alzado vencedor de las presidenciales al superar la cifra clave de 270 votos de miembros del Colegio Electoral frente a los 228 de su rival del Partido Demócrata, Hillary Clinton.
Algunos de los últimos resultados que han decidido la victoria del nuevo líder de EE.UU. han sido el conteo de los votos en los estados de Pensilvania y Wisconsin.
Trump se ha impuesto en Pensilvania tras obtener el 48,9% de los votos frente a los 47,6% de la candidata demócrata Clinton. Los resultados anteriores en ese estado, que supone 20 votos electorales, hacían predecir una victoria demócrata.
En Wisconsin, Trump ha conseguido el 48,7% de los votos, mientras que su rival demócrata se ha llevado el 46,1%.
Históricamente los votos que más varían son los de Florida, Pensilvania y Ohio. En esta elección se suma también Carolina del Norte, con 15 electores. La victoria en alguno de estos estados clave ha desempeñado un papel significativo para el triunfo final del candidato republicano.
Con el 99,98% escrutado, Trump se ha convertido en el candidato ganador en Florida tras conseguir un 49,1% de los votos. El 47,7% de los electores ha votado por Clinton.
Asimismo, Trump ha asegurado la victoria Ohio (18 compromisarios), donde ha conseguido el 52,1% del apoyo popular contra el 43,5% a favor de Clinton.
No obstante, todavía falta conocer la decisión de los compromisarios, los miembros del Colegio Electoral que el 19 de diciembre votarán en los capitolios de sus respectivos estados. El recuento de votos se realizará el 6 de enero en una sesión especial del Congreso tras la cual el presidente del Senado nombrará al nuevo presidente y vicepresidente de EE.UU.
Puntos clave del programa de Trump
El programa electoral de Trump prevé:
- construir un muro en la frontera con México,
- dejar de inmiscuirse en las políticas de otros países para conseguir cambios de gobiernos,
- vencer al Estado Islámico,
- aumentar la duración de las bajas por maternidad,
- crear 25 millones de puestos de trabajo
- proteger el derecho de posesión de armas.
Propuestas sobre los impuestos: El magnate quiere acabar con las lagunas de evasión de impuestos, introducir recortes fiscales para las familias, reducir los impuestos para las empresas y garantizar que los impuestos no perjudican a los negocios. Según Forbes, Trump propone reducir los impuestos en 6,2 billones de dólares en los próximos 10 años.
Ideas sobre la inmigración: Trump dejó clara su intención de deportar a más de 11 millones de indocumentados. También manifestó en más de una vez su deseo de impedir la entrada al país a los musulmanes como forma de evitar el terrorismo.
Cómo superar la crisis económica: Respecto a este tema, el republicano habló de generar 25 millones de empleos en una década y apuntó que los puestos de trabajo deben ofrecerse primero a los estadounidenses. También se manifestó a favor de reformar los acuerdos comerciales "defectuosos", como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por su siglas en inglés) firmado por EE.UU., México y Canadá en 1992.
Trump en medio de sonoros escándalos
Donald Trump ha sufrido una abrupta caída en las encuestas electorales tras la publicación de un polémico video del año 2005 en el que se oye al magnate referirse a las mujeres con términos soeces y ofensivos, seguido de acusaciones de acoso sexual presentadas posteriormente por varias mujeres. Después de la publicación, 11 mujeres acusaron a Trump públicamente de comportamiento sexual inapropiado. El resto de golpes, como las acusaciones de incompetencia o de evasión de impuestos, apenas le han afectado.
La intención de Trump de construir un muro en la frontera con México para detener el flujo migratorio desde el país vecino, y con ello "el crimen y el narcotráfico", ha generado duras críticas en la comunidad internacional. El magnate incluso afirmó que México pagaría la construcción de dicho muro "al 100%".
Además, su desconfianza hacia la población musulmana en general, y en particular hacia los musulmanes residentes en EE.UU., se ha visto reflejada en el discurso del magnate. El político propuso vigilar las mezquitas en territorio estadounidense y realizar el seguimiento de los refugiados sirios y todos los musulmanes aceptados en el país.
Las drásticas iniciativas del candidato republicano en su ferviente lucha contra la inmigración ilegal le han costado caro y han manchado su reputación. La oposición le acusa de racista, sostiene que no tiene suficiente cualificación y experiencia para dirigir el país y afirma que es demasiado impulsivo para hacerse cargo del arsenal nuclear de EE.UU.
DONALD TRUMP ELEGIDO PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS
Donald Trump, elegido presidente de Estados Unidos
El magnate llega a la Casa Blanca con el apoyo masivo de los electores blancos descontentos con las élites
Washington
El republicano Donald Trump ha conmocionado a medio Estados Unidos y al mundo entero al derrotar a la demócrata Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Trump, un populista con un discurso xenófobo y antisistema, será el próximo presidente de Estados Unidos. Con el apoyo masivo de los estadounidenses blancos descontentos con las élites políticas y económicas, e inquietos por cambios demográficos acelerados, Trump rompió los pronósticos de los sondeos y logró una victoria que aboca a su país a lo desconocido. Nadie como Trump supo entender el hartazgo con el establishment, con el que se identificaba a Clinton. La ola populista global ha llegado a la Casa Blanca. El actual presidente, Barack Obama, ha llamado ya a Trump para felicitarle e invitarle a la Casa Blanca el jueves para iniciar la transición en el cargo.
"Los hombres y mujeres olvidados de nuestro país ya no serán olvidados", dijo Donald Trump en su discurso de la victoria, en Nueva York. El presidente electo, que debe jurar el cargo el 20 de enero, elogió a Clinton y dijo que es el momento de curar las divisiones del país.
Clinton no pronunció el tradicional discurso de aceptación de la derrota, y felicitó a Trump por teléfono.
El mundo esperaba ver a la primera mujer en la presidencia de EE UU, después de tener a un presidente afroamericano. Ocurrió lo inesperado. Los votantes eligieron a un demagogo, un hombre que ha reavivado algunas de las tradiciones más oscuras del país, que ha colocado en el centro del discurso político el insulto y la descalificación, un admirador de Vladímir Putin que amaga con reformular las alianzas internacionales de EE UU y lanzar un desafío al vecino del sur, México.
De norte a sur, de este a oeste, en Estados que votaron al presidente demócrata, Barack Obama, en 2008 y 2012, y en Estados republicanos, del tsunami de Donald Trump, una combinación de voto rural y voto obrero blanco, barrió con las estrategias sofisticadas de la campaña demócrata y anuló el efecto del voto latino y de las minorías por Clinton.
A medida que llegaban los resultados en los Estados clave y Trump sumaba victoria tras victoria, se disparaba el desconcierto de los especialistas en sondeos, de los estrategas demócratas, los mercados financieros y las cancillerías occidentales. La victoria en Florida, Estado que el presidente Barack Obama, demócrata como Clinton, ganó dos veces, abrió la vía para la victoria de un magnate inmobiliario y estrella de la telerrealidad que ha sacudido los cimientos de la política tradicional. Trump ganó después en Carolina del Norte, en Ohio y Pensilvania, entre otros Estados que Clinton necesitaba para ganar.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca puede suponer una ruptura con algunas tradiciones democráticas de EE UU como es el respeto a las minorías y con la tranquila alternancia entre gobernantes que discrepaban de su visión del país, pero no en los valores fundamentales que le han sostenido desde su fundación.
Trump, que ha prometido construir un muro en la frontera con México y prohibir la entrada de musulmanes a EE UU, ha demostrado que un hombre prácticamente solo, contra todo y contra todos, y sin depender de donantes multimillonarios, es capaz de llegar a la sala de mandos del poder mundial. A partir del 20 de enero, allí tendrá al alcance de la mano la maleta con los códigos nucleares y controlará las fuerzas armadas más letales de planeta, además de disponer de un púlpito único para dirigirse su país y marcar la agenda mundial. Desde la Casa Blanca podrá lanzarse, si cumple sus promesas, a batallas con países vecinos como México, al que quiere obligar a sufragar el muro. México, vecino y hasta ahora amigo de EE UU, será el primero en la agenda del presidente Donald Trump.
El republicano ha desmentido a todos los que desde hacía medio año pronosticaban su derrota. Ha derrotado a los Clinton, la familia más poderosa de la política estadounidense en las últimas tres décadas, si se exceptúa a otra familia, los republicanos Bush, que también se oponían a él. Se enfrentó al aparato de su propio partido, a los medios de comunicación, a Wall Street, a las grandes capitales europeas y latinoamericanas y a las organizaciones internacionales como la OTAN.
Su mérito consistió en entender el malestar de los estadounidenses víctimas del vendaval de la globalización, las clases medias que no han dejado de perder poder adquisitivo en las últimas décadas, los que han visto cómo la Gran Recesión paralizaba el ascensor social, los que asisten desconcertados a los cambios demográficos y sociales en un país cuyas élites políticas y económicas les ignoran. Los blancos de clase trabajadora —una minoría antiguamente demócrata que compite con otras minorías como los latinos o los negros pero que carece de un estatus social de víctima— han encontrado en Donald Trump al hombre providencial. También la corriente racista que existe en el país de la esclavitud y la segregación halló en Trump un líder a medida.
viernes, 7 de septiembre de 2012
La controvertida evolución de Obama
Pese a presentarse como un político diferente, que llevaría a cabo un cambio tan profundo en su país que impactaría en el resto del mundo, el presidente saliente Barack Obama no ha escapado al destino de hacer menos de lo que prometió y cambiar pero no en el sentido que se esperaba. Análisis de Mariano Aguirre, experto en relaciones internacionales.
Por Mariano Aguirre,
Director del Norwegian Peacebuilding Resource Centre (Oslo)
El primer presidente mestizo de Estados Unidos heredó un país en crisis interna y deslegitimado internacionalmente. La crisis era el producto de décadas de políticas neoliberales y de una serie de profundos cambios mundiales.
El ascenso de China, Brasil, India y otros países "emergentes”, el declive económico interno de Estados Unidos y Europa, y el desplazamiento geopolítico del poder global del Oeste hacia el Este (y en parte hacia el Sur) son los signos más evidentes de este cambio.
Obama reconoció que Estados Unidos ya no podría actuar solo frente a cuestiones como la crisis ambiental. Igualmente, estableció que su país no continuaría violando los derechos humanos ni el derecho internacional en la lucha contra el terrorismo. Consecuentemente, prohibió el desplazamiento de prisioneros a otros países para ser interrogados al servicio de Estados Unidos al tiempo que prometió que cerraría la prisión de Guantánamo.
Su mensaje fue sencillo: reducir los gastos en guerras en el extranjero, liderar en el mundo a través de la cooperación con otros, controlar un sistema financiero improductivo, disminuir el déficit fiscal y promover la renovación industrial (con una perspectiva ecológica) y de infraestructura públicas en Estados Unidos. En otras palabras, centrarse en los problemas internos para competir mejor, recalibrar las alianzas internacionales, salir de las guerras de Iraq y Afganistán (y tratar de no entrar en otras).
En política interior su principal logro ha sido instaurar un sistema de salud semi pública en una batalla que todavía no ha terminado. La forma en que ha gestionado la crisis financiera es controvertida y Estados Unidos no está a salvo de sufrir una recesión. En el terreno de los impuestos cedió ante la mayoría republicana y mantuvo una cuasi exención a los grandes capitales que había instaurado George W. Bush.
En el segundo año de su presidencia Obama perdió la mayoría demócrata en el Congreso. La oposición republicana le impidió cerrar Guantánamo, se opuso a la economía verde, y con ayuda del Tea Party y otros movimientos ultraderechistas le obligaron a dedicar tiempo en defenderse de ataques personales.
Internacionalmente, Obama asumió que Afganistán e Iraq serán países en conflicto, fragmentados e inestables. Los avances que se lograron (elecciones, escolarización, parcial incorporación de la mujer a la política y la sociedad) posiblemente se pierdan, especialmente en Afganistán si los Talibanes toman el poder después que se terminen de retirar las tropas internacionales en 2014. En los dos casos permanecerán fuerzas, y bases, de Estados Unidos pero sin entrar en combate directo.
Obama ha asumido una política exterior agresiva pero de confrontación indirecta, como lo explica David E. Sanger en su libro "Confront and conceal", utilizando la guerra cibernética contra el programa nuclear iraní (en coordinación con Israel); los aviones no tripulados (drones) para eliminar a posibles terroristas en Afganistán y Pakistán; comandos para operaciones especiales (como fue la muerte de Osama bin Laden); y apoyo a los aliados de la OTAN (Gran Bretaña y Francia) que lideraron la operación contra Gadafi en Libia. Respecto de su decisión de fortalecer la presencia naval de Estados Unidos en el Oceáno Pacífico es un mensaje de fuerza hacia China.
Su estrategia es coherente con dos cuestiones que tienen mucho impacto en la sociedad estadounidense. Primera, reducir los gigantescos costes que tienen intervenciones militares como las de Iraq y Afganistán. Segunda, disminuir drásticamente el riesgo de bajas propias.
En los casos que la diplomacia no le ha funcionado, por ejemplo al presionar a Israel para que llegara a un acuerdo sobre los dos estados con los palestinos, ha dejado de lado el tema para centrarse en lo que puede mostrar como éxitos.
El presidente que obtuvo en 2009 el Premio Nobel de la Paz ha decidido continuar con una política exterior fuerte y violenta, pero adaptada a los tiempos de crisis.
Etiquetas:
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