Presidente Vázquez, le escribe una periodista con 33 años
de carrera que no defiende intereses y que trabaja
honestamente.
En el Perú de hoy estamos patas arriba. El Estado de
derecho y la independencia de poderes se vulneran sin que
nada pase. Reina lo de circo sin pan porque,
desafortunadamente, la economía no cobra el impulso que
debería.
El circo nos ha llevado a un estado de polarización, odio
político y violencia extrema. El gobierno, “Yo el Supremo”,
llamó a un referéndum el 28 de julio pasado. El Congreso
no podía hacer “modificaciones sustanciales” al proyecto del
Ejecutivo. Se amenazó con cerrar el Parlamento, creando
incertidumbre.
Vivimos un totalitarismo que, dicho sin pasión política, utiliza
a la justicia para perseguir a los opositores del régimen que
podrían estar en las próximas elecciones. La lideresa de
Fuerza Popular y 11 fujimoristas están presos. Abunda la
colaboración eficaz, pero la justicia no corrobora esos
dichos. El debido proceso es violado constantemente.
Arbitrariamente, el fiscal imputa a Fuerza Popular y al Apra
ser organizaciones criminales, como la camorra o la mafia.
En virtud de ello hay un frenesí de encarcelamientos poco
jurídicos y más bien políticos. El fiscal y el juez encargados
abusan de la prisión preliminar y preventiva sin juicio previo.
Resulta notorio que responden a intereses políticos. La
prensa, no obstante, los mira con aprobación. Con gran
tupé, el fiscal en cuestión le escribe a su gobierno que
“pondría en riesgo el trabajo de la Fiscalía” si asilan a Alan
García.
Otro rasgo de totalitarismo es la feroz y nunca vista
embestida contra el fiscal de la Nación, Pedro Chávarry. Más
de 300 carátulas en su contra, desprestigio en los medios,
declaraciones intrusivas e ilegales del presidente, el premier
y otros para que Chávarry salga del cargo. Las campañas
en su contra continúan.
Como información, el caso Lava Jato estaba adormecido. El
embate contra Chávarry puede explicarse porque, al
parecer, hay intereses para que no se active. El presidente
tiene cerca de 40 investigaciones y tres juicios penales.
Otros miembros del gobierno también son investigados por
la Fiscalía.Del mismo modo, es totalitarismo que se allane
un prestigioso estudio de abogados abusivamente. Irrespeta
el secreto profesional y las garantías fundamentales. Es
una clara acción de intimidación contra la defensa del
fujimorismo. La repudiable agresión física al aprista Alva
Castro significa igualmente despotismo.
Existe un grupo vasto, amplio, acallado mas no silente que
ve un autoritarismo hipocritón, sin equilibrio de poderes.
Sea cual fuere su decisión respecto al asilo, sopese lo
relatado.