Golpe de Estado en Perú
En este momento aún es temprano para adivinar cuál será el desenlace final, pero lo cierto es que el Perú se acerca a la órbita chavista
Por Dante Bobadilla Ramírez*
El presidente Martín Vizcarra anunció la disolución del Congreso de
la República, apelando a una “negación fáctica” de la Cuestión de
Confianza planteada por su gobierno ante la elección de los nuevos
miembros del Tribunal Constitucional (TC). De inmediato surgieron dudas
por la legalidad de la medida y en respuesta, el Congreso decidió vacar
al presidente por incapacidad moral. En este momento los especialistas
debaten cuál es la situación jurídica del Estado.
Vizcarra cumple así el objetivo que tenía trazado desde que asumió el
mando hace año y medio, luego de la renuncia de Pedro Kuczynski. Desde
el principio no hizo más que confrontar al Congreso con medidas que solo
buscaban mellar la imagen de esa institución. En año y medio presentó
tres cuestiones de confianza, una medida extrema prevista por la
Constitución para que los ministros defiendan sus políticas de gestión
ante la oposición del Congreso.
Una negación de confianza obliga a renunciar al ministro solicitante,
o a todo el gabinete, si este fue quien lo planteó. Tras dos negativas
de confianza el presidente está facultado a disolver el Congreso. Pero
Vizcarra ha apelado a interpretaciones laxas de la Constitución para
plantear cuestiones de confianza no por políticas de gestión de gobierno
sino por reformas de la Constitución que son tarea exclusiva del
Congreso, bajo el pretexto que son parte de su lucha contra la
corrupción.
La última cuestión de confianza presentada alocadamente por el
premier Del Solar, el lunes por la mañana, sin estar en la agenda del
Congreso, pretendía detener la elección de los miembros del Tribunal
Constitucional (TC), una prerrogativa exclusiva del Congreso. Pero una
vez más, Vizcarra apeló a interpretaciones viciadas del texto
constitucional para interferir en la elección, tratando de modificar la
ley en pleno proceso.
El Congreso procedió, según su agenda, a elegir al primer miembro del
TC, dejando para la tarde el debate de la Cuestión de Confianza
planteada por el gobierno. Pero en medio de dicha sesión vespertina,
apareció sorpresivamente el presidente Vizcarra en televisión nacional
anunciando el cierre del Congreso aludiendo a una “negación fáctica”,
mientras en el Congreso se aprobaba su pedido.
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