Charles Bronson
El artista de cine, en la vida real era un hombre amable, pero en el cine, encarnaba a un hombre rudo, violento.
Las películas que más fama iba a dar al tándem Winner-Bronson serían las del Vengador Anónimo, saga de películas en que Bronson interpretaría a Paul Kersey, y que comenzarían en 1974 con el Justiciero de la ciudad, continuaría en Yo soy la Justicia, de 1982, y El Justiciero de la noche, de 1984.
Charles Bronson volvería a retomar el papel de Kersey en otras dos películas: Yo soy la justicia II y El Rostro de la muerte, la primera dirigida por el veterano Jack Lee Thompson y la otra por Allan A. Goldsmith
Todavía se venden sus películas del Vengador Anónimo, en todos los mercados de Lima, en DVDS.
En esta cinta Charles Bronson encarna a un “sicópata criminal”, que se dedica al asesinato de delincuentes en las calles de ciudades de Norteamérica. Lo más impresionante, es la especie de doble vida que hace, en la cinta el protagonista.
De día Kersey es un profesional, un ingeniero, de categoría, con una vida cómoda, que trabaja para una firma importante en desarrollo de proyectos urbanos, arquitectónicos. Por la noche sale, revolver en mano, a buscar delincuentes, para matarlos.
Charles Bronson da vida, a un asesino, a un criminal, que enmascara muy bien sus ilícitas actividades, que no son otra cosa que homicidios, frecuentes, con la imagen y reputación de un hombre de bien, un ejecutivo de categoría, que goza de gran reconocimiento.
Algo así como nuestro COHELO, en Lima, un gerente, karateca, criminal en potencia, que dicen fomenta el asesinato en el Perú, de delincuentes, entrena a personas, las mentaliza, captándolas en foros apócrifos, que no tienen ningún reconocimiento ni autorización del Ministerio de Interior de Perú, para que maten a: asaltantes, ladrones, arrebatadores, con sus armas, bajo el lema: “el tiro defensivo es un derecho”.
El problema de delincuencia en Lima aumento en las últimas décadas, pese a los esfuerzos de la policía, que ha desarticulado a cientos de bandas de secuestradores, asaltantes al paso, aun siguen los crímenes.
No hace mucho al iniciar el año escolar la propietaria de un centro educativo, fue asesinada en horas de la mañana, en presencia de sus docentes, en plena reunión, por un sicario armado con pistola de 9 mm.
En el norte de Perú, en Trujillo, los delincuentes extorsionan a los empresarios, les cobran cupos, luego de amenazarlos.
Incluso se acuso a un comandante de la policía nacional, al que ya se le dio de baja, de haber sido el creador de un supuesto escuadrón de la muerte, que asesinaba a delincuentes prontuariados.
El asunto del combate de la delincuencia según ley le compete únicamente a la policía nacional, no es competencia de la población civil. Si puede la población civil, colaborar dando información, sobre delincuentes que conoce, ha identificado, para que sean detenidos capturados, como también informar a las autoridades sobre todos los sitios, calles, avenidas en que ocurren delitos.
La Lucha contra la delincuencia, es un trípode: policía nacional, vecinos organizados y serenos de los municipios.
Pero que alguien por allí, bajo el pretexto de que es profesional, empresario, policía, se dedique a asesinar personas en las calles, bajo el pretexto de la legítima defensa, es otra cosa.
Para los ignorantes, para los que nos respetan la ley, el orden jurídico constituido, el acto criminal, que es asesinar a una persona que roba, arrebata, está justificado, porque la policía no hace nada y los jueces los liberan rápido.
Para los que creemos en la ley, en la constitución, en el sistema jurídico, no importa cuán imperfecto sea, matar a balazos a una persona, en las calles, porque me arrebato el reloj, el celular, porque le sobo el trasero a mi esposa, es un acto criminal, que debe ser castigado con severidad.
La cárcel es lo que merece, más todavía, quien es profesional, quien piso la universidad, quien es empresario.
Un asaltante callejero, que rompe lunas de vehículos con una bujía, para robar una cartera, por ese acto es digno de una sanción, mucho menor, que la que debe recibir, quien mata con alevosía a una persona herida en el piso, por más que se trate de un ladrón.
Arrebatar una cartera, un celular, es una falta, no es un delito.
Delito es, cortar con un cuchillo a una persona, para arrebatarle un celular. Delito es, herir de bala a una persona, para robarle el coche. Mientras no haya violencia, el arrebato, no pasa de ser mas que una falta.
Por eso es que muchos rateros, ladrones, luego de capturados por el serenazgo y entregados a la policía, salen libres a las 24 hrs y muchas veces en menos de 3 horas.
Esto es lo que miles de profesionales universitarios, no comprenden, ni entienden. Les parece increíble, que luego de que se captura, a quien le arrebato su celular, esta persona horas después es liberada y sigue en las calles.
Queríamos dejar las cuevas, para vivir en ciudades, ese es el precio que pagamos, hoy día.
Nuestras ciudades están repletas de millones de personas, que pasan hambre, necesidad, que no tienen trabajo, que no pueden estudiar, que comen una sola vez al día. Encima tenemos a delincuentes de a verdad, que los captan, para venderles drogas, prostituirlos, convertirlos en terroristas.
La delincuencia no va a desaparecer jamás, tenemos que convivir con ella, hasta la consumación de los siglos. Así como Cristo dijo: “pobres habrán siempre”, digo yo que no importa que hagamos: “delincuentes habrán siempre”. No solo en Perú, en todo el mundo.
Charles Bronson, es pues la imagen en el Vengador Anónimo, la imagen perfecta del Sicópata Criminal, que hace justicia con sus manos, el mismo. Encarna al asesino cruel y despiadado, que mata sin asco a cuanto delincuente encuentra a su paso.
Es el prototipo perfecto de lo que es hoy día un grupo de cincuentones, afeminados, que se reúnen en hoteles y le roban a miles de tontos en el Perú, usando un foro de mala muerte, que cuelga las fotos del Ingeniero Kersey, en su sitio web, como emulando las acciones delictivas, de un personaje de ficción, que no es más que un vulgar asesino.
En la vida real, el ingeniero Kersey, del Vengador Anónimo, hubiere terminado en la cárcel, por 25 años detenido, sino muerto por bandas de delincuentes de alta peligrosidad, que tienen incluso armas de guerra y que se dedican al secuestro años en Lima.
En Lima un Ingeniero Kersey, sería asesinado en la puerta de su casa, de día, en presencia de todos sus parientes. Luego de muerto el Vengador Anónimo, acto seguido su esposa, hijos, madre, padre, hubieren sido rematados a balazos, sin miramientos. No habría policía nacional, guardaespaldas, que lo salven de una muerte violenta.
Para muestra un botón:
El 14 de Abril de este año un finquero y su guardaespaldas fueron ultimados y sus cadáveres encontrados en un picop, en una hondonada, en el kilometro 44, Las Palmas, Santa Rosa de Lima, Santa Rosa
Las víctimas fueron identificadas como Édgar Leonel Lechuga Équite, de 19 años, y su custodio Ernesto Cagüec Pop, 33, oriundo de Purulá, Baja Verapaz.
El socorrista Sergio Vásquez explicó que los cuerpos tenían múltiples heridas de bala, y por la rigidez en que se encontraban tenían unas 10 horas de haber muerto.
En Amazonas Asesinaron a Empresario y su Guardaespaldas-Perú.
Esta noticia remeció el país el 18.11.2008
Doble crimen conmociona Amazonas. Les robaron 20 toneladas de café. Homicidas arrojaron cuerpos al río Marañón. La Policía recuperó tráiler con mercadería y capturó a los cuatro homicidas
El empresario Isidoro Vásquez Cervera (38) y su agente de seguridad, Segundo Armando Herrera Sánchez, de 52 años, fueron emboscados en el cruce Mayuta, distrito de Cumba, jurisdicción de Utcubamba, departamento de Amazonas.
Ese lugar está a unos 40 minutos en carro desde la localidad de Bagua Grande.
Como ve, no hay en la vida real Ingeniero Kersey que valga, los delincuentes los matan, sin miramientos.
Lo más recomendable, en una sociedad, es el respeto a la ley, al orden jurídico constituido, nadie puede convertirse en juez y verdugo, bajo la disculpa de que es para limpiar las calles de delincuentes.
Si seguimos la lógica de este razonamiento, diremos entonces, con toda justicia, hay que entonces matar a todos los que piensen de ese modo, para que no haya más sicópatas asesinos, bajo el disfraz de asociación de tiro defensivo.
La vida de un delincuente es preciosa y vale tanto o más que la de un cincuentón, karateca, que vive en la opulencia y que quiere convertir las calles, en patíbulos, donde se ajusticien todos los días delincuentes.
El asesinato de delincuentes en las calles de Lima, ofende a Dios y es la mejor muestra, de que entre nosotros hay nuevos monstruos, disfrazados de gerente, profesional, un Paul Kersey, en pleno Siglo XXI.
PEDRO ALEJANDRO REYES RAMOS
INSTRUCTOR EN ARMAS CORTAS
MINISTERIO DE INTERIOR DE PERU
www.actiweb.es/alvisegperu
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