martes, 25 de octubre de 2011
Cristina Kirchner Triunfa en Argentina Elecciones Generales
Eran los primeros minutos del día después y Cristina Kirchner seguía pegada al teléfono. Tras el extenuante festejo en la Plaza de Mayo y la media hora que le dedicó al baile, la Presidenta se embarcó en largos diálogos telefónicos con algunos de sus candidatos que se alzaron con sorpresivas victorias en su noche de gloria electoral.
Uno de los que recibieron la llamada presidencial a altas horas fue el gobernador electo de Mendoza, Francisco "Paco" Pérez, a quien la jefa del Estado había elogiado en público en su discurso. Pero Cristina no sólo se dedicó a los mandatarios provinciales. Pidió que la comunicaran, incluso, con aquellos que habían dado el batacazo en algunas intendencias, como Blanca Osuna, en Paraná.
"Estaba eufórica. Tan entusiasmada que se puso a hablar por teléfono con los ganadores", contó un colaborador presidencial. Cristina estuvo hasta pasadas las 23.30 en la Plaza de Mayo y se fue a la quinta de Olivos con su hijo Máximo y su nuera, Rocío García. A Florencia, la menor de los Kirchner, la perdió en medio de las celebraciones populares.
Durmió poco. Según contaron fuentes oficiales a La Nacion, temprano en la mañana la jefa del Estado ya estaba haciendo sus ejercicios físicos y se reunió en Olivos con Tristán Bauer, jefe de los medios públicos, y con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Aunque no se informó oficialmente, también recibió en la residencia al canciller Héctor Timerman, a quien vería nuevamente por la tarde en la Casa Rosada.
En un desfile de ministros que comenzó al atardecer, la Presidenta se reunió en su despacho de la Casa Rosada con Alicia Kirchner, Julio De Vido, Nilda Garré y la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. Cerró la jornada con una larga charla con el ministro de Economía y vicepresidente electo, Amado Boudou.
Las caras ayer en los pasillos de Balcarce 50 eran más bien de cansancio. La mayoría de los funcionarios habían agotado sus energías en los festejos de la noche anterior. La cita, cuando ya Cristina se había ido a Olivos, fue en el restaurante Happening, de Puerto Madero, una suerte de sucursal del ministro Boudou.
Sus colaboradores habían reservado una mesa para 30, pero terminaron siendo más de 100 los que se sumaron a la trasnochada K. Claro, todo terminó de madrugada, con los temas clásicos de Boudou. Desde las canciones de La Mancha de Rolando, pasando por temas de Pappo y Charly García, hasta alguna versión de Santana, el vicepresidente electo hasta se despachó con un discurso que lo emocionó y lo hizo caer otra vez en el llanto.
"Un grupo de amigos que se quiere y se respeta es invencible. Y si por alguna circunstancia nos tocara perder, es preferible compartir la derrota con amigos y no la victoria con indeseables", arengó, copa en mano.
Dicen que ésa ya es la frase constitutiva del "amadismo", un grupo muy heterogéneo de funcionarios detrás del vicepresidente electo. Boudou se quebró también junto a su novia, Agustina Kämpfer, y sus hermanos, Sebastián y Juan, cuando sostuvo otra frase más típica del manual de dirigente convencional. "Si la política no sirve para cambiarle la vida a la gente, no sirve para nada", agregó. Lo escuchaba atento el diputado electo por Santa Fe Omar Perrotti, una rara avis del mundo kirchnerista que logró trabar en los últimos meses una buena relación con Boudou.
Pero la noche no fue sólo del ministro. También hubo lugar para más de un discurso mientras llegaban las empanadas y el asado. Uno fue el del secretario de Inteligencia, Héctor Icazuriaga, que había vuelto hacía minutos de Río Gallegos y se sumó a los festejos finales. Se paró de su silla y pidió "responsabilidad" tras la aplastante victoria. También hablaron Julián Domínguez, Roberto Feletti, Diego Bossio, Juan Pablo Schiavi y Juan Manuel Abal Medina. El tintineo de las copas de vino malbec siguió hasta altas horas de la madrugada.
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