Ahí estaba, un colosal monumento que llenaba casi por completo el espacioso recinto... y recién, el 15 de junio de 1952, se lograba retirar la piedra triangular y franquear la entrada.
Este suceso rivalizaría con la apertura de la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes, efectuada por Howard Carter y Lord Carnarvon el 20 de noviembre de 1922, hazaña descripta por Carter como: "el día de los días, el más maravilloso de su vida".
Ruz se encontraba ante una "cámara encantada", una "cámara sepulcral" llena de estalactitas y estalagmitas, años y años de silencio contenidos dentro de ese espacio sagrado.
Observó una losa horizontal de gran tamaño; su largo 3,80 metros, ancho 2,20 metros y un espesor de 25 centímetros, su peso aproximado 5 toneladas. No descansa, si es sepulcro, ¿habrá algo dentro? Efectúa varias perforaciones hasta observar que en una de ellas la broca de acero, sale teñida de color rojo. Se decide, y emplea para levantarla cuatro criques de automóvil y troncos de diferentes tamaños que insertaba debajo de la losa a medida que se elevaba.
El 8 de noviembre del mismo año, elevada dicha losa a 1 metro 12 centímetros pudo observar con comodidad el interior; se veía una tapa perfectamente pulida, de la que sobresalían dos secciones, como orejas. Dicha tapa se encontraba labrada a la manera de una forma humana, en un solo bloque; retiró cuatro tacos de madera que cubrían orificios realizados en la misma, y la levantó.
El interior estaba pintado de rojo, y en el fondo yacía un esqueleto humano cubierto de joyas. Su talla era de 1,75 metros y su cabeza se hallaba guardada por lo que fuera una mascarilla de jade, lamentablemente rota. Cuando fue reconstruida, pudo contemplarse en todos sus detalles, una verdadera obra de arte.
La cantidad y calidad de las joyas encontradas daban una idea de la elevada alcurnia de quien allí yacía, manos delgadas, dedos alargados cubiertos de anillos, sus dientes no habían sido labrados ni recubiertos de jade, y su cráneo no se encontraba deformado, práctica usual entre los mayas. En estudios posteriores se reveló una fuerte contextura en los restos del hombre encontrado en palenque.
Ahora bien... ¿Quién era ese personaje que después de muerto mereció tantos honores... y que además, como pudimos constatar, motivó que su tumba fuera tan bien ocultada?
RESTOS DE UN SER, DISTINTO A LOS MAYAS
Sus restos difieren totalmente de las características físicas del pueblo maya, de quienes sabemos que detentaban la braquicefalia mayor del mundo, su índice cefálico era de 86. Su metabolismo basal, en valores promedio, 8% más alto que el promedio de los americanos del norte, pertenecían al grupo sanguíneo 0 en proporción 97,7%, presentaban acusada leptorrimia en el 100%, nacían con una mancha mongólica (xchibaluna) en el 80%, presentaban además una mancha pigmentaria congénita que los indígenas llaman "huaj" y que por sus características se distingue con claridad de la xchibaluna; una bradicardia acusada de un promedio de 52 pulsaciones por minuto, facies asiática – prognatismo – pómulos salientes, pigmento cobrizo, acanto del ojo, pelo lacio y largo, distribución lampiña; una estatura promedio de 1,45 metros, que de la xchibaluna; una bradicardia acusada de un promedio de 52 pulsaciones por minuto, facies asiática – prognatismo – pómulos salientes, pigmento cobrizo, acanto del ojo, pelo lacio y largo, distribución lampiña; una estatura promedio de 1,45 metros, que comparada con el hombre de Palenque, eran sin dudas de menor talla.
COMO LOGRARON SABER DE QUIEN ERAN LOS RESTOS.
Para saber quien era este ser, hubo que atenerse al magnífico y policromo trabajo realizado en el relieve de la tapa labrada. En efecto, en ella se reproduce la figura de un hombre con atuendo maya, en una posición semiacostada o semisentado (forzada diríamos) que en nuestros días nos recuerda a la adoptada por los pilotos de las cápsulas espaciales que iban a ser colocadas en órbita terrestre. En el relieve se observan profusa cantidad de tornillos, resortes, caños, tableros y palancas de mando.
Es evidente que nos encontramos ante la reproducción de un ingenio mecánico, controlado o dirigido por ese extraño ser, pero ¿qué artista maya pudo concebir o conocer hace tantos siglos atrás ingenio semejante? Una cosa es cierta: el autor de este relieve tuvo que tener un modelo, o bien seguir las instrucciones de alguien que conocía perfectamente ese artefacto esculpido en la piedra y ¿quién sino el misterioso muerto allí sepultado? Era el poseedor de esos datos.
Recordemos que las tradiciones mayas siempre apuntan al espacio, más específicamente a la zona de las Pléyades, compuesta por nueve estrellas conocidas por los astrónomos como: Alcione, Asterope, Atlas, Celeno, Electra, Maya, Merope, Pleyone (de la cual deriva el nombre del grupo) y Taygete. Este grupo estelar se encuentra a 490 años luz de la Tierra. En su totalidad el grupo está constituido por dos millares de estrellas, la mayor parte de ellas con masas superiores a la de nuestro sol.
¿Será el hombre de palenque, un posible representante, de esas razas estelares?...
En cuanto al aparato en sí, el científico soviético a. Katsantsev, no tiene ninguna duda que se trata de un navío espacial y así lo ha atestiguado en diversas publicaciones e infinidad de conferencias. Es más, ha dibujado un cohete asimilándolo al relieve de la lápida y las coincidencias son sorprendentes.
Pero, a pesar de esto, técnicos y científicos aseguran que el tal cohete nunca podría volar. Es más, hay detalles que indudablemente escapan a la concepción de un artista, que al fin y al cabo, no es un técnico espacial.
Son interesantes las observaciones elaboradas por un prestigioso científico y matemáticos, me refiero al Dr. José Álvarez López, director del Instituto de Estudios Avanzados de Córdoba.
Nos dice: la posición del astronauta es correcta, está sentado y al comando de controles claramente visibles; de mano y de pie. Los de los pies trabajan a presión y a tracción (a diferencia de nuestros vehículos que lo hacen sólo a presión). Hay un periscopio que sirve para mirar por encima de los obstáculos visuales, también transmisiones cardánicas (es indudable que el artista, sin llegar a los tecnicismos actuales, algunos conocimientos debía tener). Un detalle llamativo, "una oruga", como la que usan los tanques de guerra, con sus eslabones perfectamente dibujados, espirales a modo de elásticos, toberas por donde sale el fuego... vamos de sorpresa en sorpresa.
El Dr. Álvarez López expone seguidamente sus teorías:
1. El dibujante vio un cohete proveniente del espacio. Pero rechaza esto, pues según sus razonamientos, nunca llegaremos con cohetes a ningún planeta habitado.
2. ¿Nos encontramos ante una superchería? Y yo me pregunto, ¿con qué objeto? Y, ¿cuántas molestias se tomó el autor o los autores para elaborarla?, ¿qué medios pudieron utilizar para llegar hasta la cripta sin ser descubiertos? Además en la autenticidad del conjunto concuerdan todos los arqueólogos americanos, pero discrepan en la interpretación del relieve, recordando además que los análisis realizados con carbono 14 sobre los restos óseos encontrados dieron una antigüedad de 2.000 años. Existen varias interpretaciones, como dije, sobre el significado del grabado. Una de ellas dice que nos encontramos ante la representación de la ceremonia del maíz... pero, entonces, retruca graciosamente el Dr. Álvarez López, ¿qué se encuentra haciendo, un maya ubicado dentro de semejante olla?
3. Y como última y más creíble teoría, nos dice que lo expuesto es un dibujo de alguien que conocía de tuercas, tornillos, vuelos espaciales, toberas, orugas, cardanes y mezclándolos obtuvo un "cóctel mecánico", que nuestro conocimiento asocia a un ingenio espacial.
Analizando las hipótesis de tan respetable estudioso argentino, pienso que esto sería aceptar la existencia de una civilización tecnológica, desaparecida hace muchos siglos atrás, por motivos naturales o coincidiendo con López por medios artificiales (guerras similares a las actuales de tipo nuclear).
Sabemos que la palabra "maya", significa "ilusión", ¿ellos, sé autodenominaron así?, ¿por qué motivo? Y ¿cuál era esa ilusión? Posiblemente el retorno a sus orígenes, logrando ese objetivo hace exactamente 1.400 años. Sus construcciones, sus logros astronómicos y matemáticos, el polémico relieve del templo de las inscripciones, son mudos mensajes pétreos reservados para futuras generaciones.
Todos estos interrogantes nos serán develados muy posiblemente cuando los jeroglíficos nos comuniquen su oculto y real significado.
¿No estamos solos?
Si estamos solos o no, esta a punto de ser revelado, muy pronto, pero hay algo que si es cierto:
"No somos los hombres de este tiempo del Siglo XX y el XXI , los unicos que hemos visto, creido ver seres extraterrestes".
Asi como nosotros tenemos miles de fotos, de ovnis, naves espaciales vistas en nuestros tiempos, inclusive por militares. Los hombres de hace 2,000 años nos han dejado grabados, retratos, antiquisimos, que muestran naves espaciales, capsulas espaciales, seres navegando en ellas.
Sonria y sea feliz.
Recopilado por : Pedro Alejandro Reyes Ramos