Por primera vez una mujer dirigirá la Unión Africana
La elección de la ex esposa del presidente Zuma es un triunfo de la diplomacia sudafricana. El mandatario sudafricano había luchado con determinación durante seis meses para lograr que su ex mujer dirigiera la Unión Africana, órgano institucional clave en el continente.
Nkosazana Dlamini-Zuma se impuso al presidente saliente, el gabonés Jean Ping. En una cumbre en enero pasado, los jefes de Estado africanos no lograron elegir a ninguno de los dos candidatos, abriendo profundas divisiones entre países francófonos y anglófonos, divididos en dos bloques: África austral de un lado y África central (con el apoyo de África del oeste) del otro.
Dlamini-Zuma, de 63 años, es la primera mujer y la primera responsable anglófona que dirige la principal institución de la UA, desde que ésta sucedió en 2002 a la Organización de la Unidad Africana. Dlamini-Zuma es la ex jefe de la diplomacia sudafricana, apodada la “Dama de hierro” de Pretoria.
El presidente de Benin, Thomas Boni Yayi, dijo que “no había ganadores ni perdedores, sino que toda África había ganado”. Pero en realidad la batalla ha aumentado las rivalidades entre africanos anglófonos y francófonos, en particular, entre los gigantes Sudáfrica y Nigeria. Varios países pequeños temen que los sudafricanos puedan ejercer un control total sobre la organización.
Nkosazana Dlamini-Zuma se impuso al presidente saliente, el gabonés Jean Ping. En una cumbre en enero pasado, los jefes de Estado africanos no lograron elegir a ninguno de los dos candidatos, abriendo profundas divisiones entre países francófonos y anglófonos, divididos en dos bloques: África austral de un lado y África central (con el apoyo de África del oeste) del otro.
Dlamini-Zuma, de 63 años, es la primera mujer y la primera responsable anglófona que dirige la principal institución de la UA, desde que ésta sucedió en 2002 a la Organización de la Unidad Africana. Dlamini-Zuma es la ex jefe de la diplomacia sudafricana, apodada la “Dama de hierro” de Pretoria.
El presidente de Benin, Thomas Boni Yayi, dijo que “no había ganadores ni perdedores, sino que toda África había ganado”. Pero en realidad la batalla ha aumentado las rivalidades entre africanos anglófonos y francófonos, en particular, entre los gigantes Sudáfrica y Nigeria. Varios países pequeños temen que los sudafricanos puedan ejercer un control total sobre la organización.