KEIKO FUJIMORI, REHÉN DEL IDL Y SUS TENTÁCULOS POLÍTICOS
Por: Luciano Revoredo
Keiko Fujimori ha cumplido 250 días en prisión. No existen hechos corroborados de su supuesta culpabilidad. No ha sido gobierno, no ha recibido coimas, no ha hecho obras sobrevaluadas, no ha traicionado al Perú. Van ocho meses que la mantienen alejada injustamente de sus hijas, de su familia y sus actividades personales y políticas. Hemos visto en este tiempo hasta el extremo que se puede politizar y envilecer la justicia.
La situación política es pavorosa. Alberto Fujimori a sus ochenta años sigue en prisión. Alan García fue perseguido hasta la muerte y la única cabeza visible de una oposición seria y con masivo respaldo popular es la lideresa de Fuerza Popular. Su indebida prisión, sin motivos legales, es un indicio claro de nuestro inequívoco camino al chavismo.
Un gobierno mediocre con un Presidente de la República que gobierna con los medios y las encuestas, sin otro plan que consolidar un poder omnímodo a toda costa. En este propósito hay una mente siniestra que también busca consolidar su poder, nos referimos a Gustavo Gorriti y su IDL. Esta alianza tácita mueve los hilos de la política peruana a la sombra de la corrupción y con el disfraz de luchadores anticorrupción.
Pocos saben que recientemente Gorriti ha dado una especie de golpe de estado al interior de IDL, ha logrado sacar de la institución a Ernesto de la Jara y ha asumido el control total. Recordemos, que IDL se inició en temas jurídicos y de derechos humanos, y aunque discrepemos profundamente de Ernesto de la Jara, debemos reconocer que es un hombre con formación jurídica. Gorriti lo utilizó como plataforma y creó IDL-Reporteros. Ahora maneja todo como una empresa de su propiedad. Cuenta con un equipo de jóvenes que frisan los treinta años y tiene tres fuentes principales de información: el Ministerio Público, del cual obtiene información filtrada o comprada; el Poder Judicial, donde tiene sembrados topos; la Corte Suprema, que hasta la semana pasada aún no controlaba, pero a la cual ya extendió sus tentáculos y lo hemos podido ver claramente con la suspensión de la casación de Keiko Fujimori, es evidente que el Presidente del Poder Judicial a José Lecaros Cornejo ya se encuentra bajo presión y a su vez él ya empieza a ejercer sus acciones en ese sentido y también cuenta con procuradores y políticos de izquierda y la compra ilegal de información a través de teléfonos, laptops, etc.
Pero todo esto no es más que el brazo operativo de una conspiración mayor que también compromete a Odebrecht. En esto están comprometidos los fiscales y parte del poder judicial que han bendecido un acuerdo lesivo a la patria. Como se sabe un peritaje privado teniendo en cuenta las obras y los ingresos de Odebrecht en el Perú hubiera recomendado al Ministerio Público que pida una reparación de al menos 6000 millones de dólares, pero hicieron un peritaje que determinó apenas 1600 millones, en la práctica se recibirá mucho menos. Como si eso fuera poco a través de una legislación especial se les ha permitido vender sus activos. La gran beneficiada es OEC (Obras en Construcción) la nueva careta de Odebrecht, una multiempresa de estrategia regional, que como vemos sigue teniendo injerencia en la política
No hay manera de sostener que el acuerdo sea beneficioso para el estado peruano. El acuerdo es perjudicial en todo sentido, se ha centrado en cuatro casos y los demás casos sólo se podrán añadir mediante una adenda si y sólo si Odebrecht acepta su culpa. De esa magnitud es la traición de los fiscales, IDL y el gobierno.
Ese es el monstruo que hay que enfrentar. Por eso resulta incómoda la presencia de una oposición articulada, por eso está presa como un rehén Keiko Fujimori, por eso hemos visto como sobre la base de unos audios, guardados para soltarlos en el día y hora exacta, para que sin que estos audios tengan ninguna relevancia legal, chantajear y tumbarse la casación.
Estamos advertidos, se viene consolidando una dictadura. No esperemos a que sea demasiado tarde.
Keiko Fujimori ha cumplido 250 días en prisión. No existen hechos corroborados de su supuesta culpabilidad. No ha sido gobierno, no ha recibido coimas, no ha hecho obras sobrevaluadas, no ha traicionado al Perú. Van ocho meses que la mantienen alejada injustamente de sus hijas, de su familia y sus actividades personales y políticas. Hemos visto en este tiempo hasta el extremo que se puede politizar y envilecer la justicia.
La situación política es pavorosa. Alberto Fujimori a sus ochenta años sigue en prisión. Alan García fue perseguido hasta la muerte y la única cabeza visible de una oposición seria y con masivo respaldo popular es la lideresa de Fuerza Popular. Su indebida prisión, sin motivos legales, es un indicio claro de nuestro inequívoco camino al chavismo.
Un gobierno mediocre con un Presidente de la República que gobierna con los medios y las encuestas, sin otro plan que consolidar un poder omnímodo a toda costa. En este propósito hay una mente siniestra que también busca consolidar su poder, nos referimos a Gustavo Gorriti y su IDL. Esta alianza tácita mueve los hilos de la política peruana a la sombra de la corrupción y con el disfraz de luchadores anticorrupción.
Pocos saben que recientemente Gorriti ha dado una especie de golpe de estado al interior de IDL, ha logrado sacar de la institución a Ernesto de la Jara y ha asumido el control total. Recordemos, que IDL se inició en temas jurídicos y de derechos humanos, y aunque discrepemos profundamente de Ernesto de la Jara, debemos reconocer que es un hombre con formación jurídica. Gorriti lo utilizó como plataforma y creó IDL-Reporteros. Ahora maneja todo como una empresa de su propiedad. Cuenta con un equipo de jóvenes que frisan los treinta años y tiene tres fuentes principales de información: el Ministerio Público, del cual obtiene información filtrada o comprada; el Poder Judicial, donde tiene sembrados topos; la Corte Suprema, que hasta la semana pasada aún no controlaba, pero a la cual ya extendió sus tentáculos y lo hemos podido ver claramente con la suspensión de la casación de Keiko Fujimori, es evidente que el Presidente del Poder Judicial a José Lecaros Cornejo ya se encuentra bajo presión y a su vez él ya empieza a ejercer sus acciones en ese sentido y también cuenta con procuradores y políticos de izquierda y la compra ilegal de información a través de teléfonos, laptops, etc.
Pero todo esto no es más que el brazo operativo de una conspiración mayor que también compromete a Odebrecht. En esto están comprometidos los fiscales y parte del poder judicial que han bendecido un acuerdo lesivo a la patria. Como se sabe un peritaje privado teniendo en cuenta las obras y los ingresos de Odebrecht en el Perú hubiera recomendado al Ministerio Público que pida una reparación de al menos 6000 millones de dólares, pero hicieron un peritaje que determinó apenas 1600 millones, en la práctica se recibirá mucho menos. Como si eso fuera poco a través de una legislación especial se les ha permitido vender sus activos. La gran beneficiada es OEC (Obras en Construcción) la nueva careta de Odebrecht, una multiempresa de estrategia regional, que como vemos sigue teniendo injerencia en la política
No hay manera de sostener que el acuerdo sea beneficioso para el estado peruano. El acuerdo es perjudicial en todo sentido, se ha centrado en cuatro casos y los demás casos sólo se podrán añadir mediante una adenda si y sólo si Odebrecht acepta su culpa. De esa magnitud es la traición de los fiscales, IDL y el gobierno.
Ese es el monstruo que hay que enfrentar. Por eso resulta incómoda la presencia de una oposición articulada, por eso está presa como un rehén Keiko Fujimori, por eso hemos visto como sobre la base de unos audios, guardados para soltarlos en el día y hora exacta, para que sin que estos audios tengan ninguna relevancia legal, chantajear y tumbarse la casación.
Estamos advertidos, se viene consolidando una dictadura. No esperemos a que sea demasiado tarde.