Un curioso hallazgo ha vuelto a llamar la atención sobre los días en que Vladimir Putin, hoy presidente de Rusia, trabajaba como espía soviético.
Se trata de un carné de la Stasi, el órgano de inteligencia de la entonces Alemania Oriental durante la Guerra Fría, cuando ese territorio estaba bajo el mando del régimen socialista soviético.
La Stasi se ganó una oscura fama por vigilar meticulosamente a ciudadanos del común, muchos de los cuales eran presionados para espiarse entre ellos.
En la década de los 80, Putin trabajó como espía para el Comité para la Seguridad del Estado (KGB), los servicios de inteligencia de la entonces Unión Soviética, en la ciudad alemana de Dresde.
Y fue precisamente en esa ciudad donde se encontró el carné, en el archivo de la Stasi.
Putin "recibió este pase para que pudiera desempeñar su trabajo con la KGB en cooperación con la Stasi", informó la agencia de archivo de la Stasi este martes en un comunicado.
Un acuerdo confidencial entre la KGB y la Stasi, al que tuvo acceso la BBC, muestra que la KGB tenía 30 oficiales de enlace en Alemania Oriental que trabajaban junto a la Stasi.
Espía orgulloso
En varias ocasiones, el presidente ruso se ha referido con orgullo a la época en la que trabajó como oficial de la KGB.
En junio de 2017, Putin reveló que su trabajo en la KGB había involucrado la "recolección de inteligencia ilegal".
Hablando en la televisión estatal rusa, dijo que los espías de la KGB eran personas con "cualidades especiales, convicciones especiales y un carácter especial".
En en 1985, a sus 33 años, llegó a Dresde donde la Stasi le expidió el carné.
El documento era renovado cada tres meses, como lo muestran los sellos que tiene. Aún no está claro por qué lo dejó en las oficinas de la Stasi.
Putin trabajó ahí hasta diciembre de 1989, cuando el régimen comunista de Alemania del Este se derrumbó en medio de protestas a favor de la democracia.
El 5 de diciembre de ese año, Putin fue testigo de cómo los manifestantes se tomaban las oficinas de Dresde, mientras las fuerzas comunistas estaban a punto de dispararles.
El grupo autodenominado Estado Islámico voló un santuario por los aires en julio de 2014. Estaba en una colina de Mosul llamada Nabi Yunus, un lugar de culto durante siglos.
En esa colina del norte de Irak durante el período cristiano se construyó un monasterio que hace más de 600 años pasó a convertirse en un santuario musulmán en honor al profeta Jonás.
Al destruirlo, los militantes islamistas afirmaron que Nabi Yunus ya no era un lugar de oración sino de herejía.
Las imágenes de la explosión dieron la vuelta al mundo. El mensaje era claro: ningún sitio sagrado, aunque fuese venerado, estaba a salvo de la interpretación radical del Corán de Estado Islámico.
Pero la destrucción de Nabi Yunus no acabó, ni mucho menos, con la historia de este montículo. Más bien al contrario: surgieron preguntas fascinantes sobre qué se encuentra exactamente bajo de los cimientos de la mezquita.
Misterios sin resolver
En la primavera de 2018, el servicio árabe de la BBC envió un equipo al conjunto de túneles fríos y polvorientos que se descubrieron recientemente dentro de la colina.
Tomaron fotos en alta resolución de sus hallazgos utilizando una técnica llamada fotogrametría e intentaron desentrañar algunos de los misterios que quedaron sin respuesta después de la destrucción del santuario.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionMuchos musulmanes creen que los huesos del profeta Jonás se quedaron en la colina de Nabi Yunus, cerca de la antigua ciudad de Nínive.
En árabe, Nabi Yunus se refiere al profeta Jonás. Muchos musulmanes creen que su restos quedaron en ese sitio.
"Nabi Yunus siempre fue uno de nuestros sitios religiosos y culturales más importantes", explica Ali Y Al-Juboori, director de Estudios Asirios en la Universidad de Mosul.
Destrucción
El 24 de julio de 2014, un grupo de militantes de Estado Islámico, tras ordenar a los fieles que se fueran, colocaron explosivos en las paredes interiores y exteriores de la mezquita. Los lugareños recibieron instrucciones para no acercarse a menos de 500 metros del edificio.
La detonación redujo Nabi Yunus a escombros y Estado Islámico expulsó a los cristianos de la ciudad. Era un intento de convertir Mosul en una ciudad de religión única por primera vez en su historia.
La acción formaba parte de una ola de destrucción de lugares sagrados de Mosul.
En la cercana Puerta Nergal, situada en la vieja ciudad de Nínive (dentro de la actual Mosul), los combatientes de EI desfiguraron una antigua estatua de un Lamassu, una criatura mítica que custodiaba las entradas de los palacios asirios. Y luego hicieron volar por los aires toda la puerta.
Derechos de autor de la imagenISLAMIC STATE GROUP PROPAGANDA VIDEOImage captionLos combatientes de Estado Islámico desfiguraron una antigua estatua de un Lamassu, una criatura mítica que custodiaba las entradas de los palacios asirios.
Estado Islámico en parte justificó la destrucción de Nabi Yunus atacando la legitimidad del santuario.
"Esto fue una tumba de los papas cristianos", dijo un combatiente a la BBC. "Está prohibido construir una mezquita en un santuario falso".
En realidad, la investigación académica sugiere que Yunus no fue enterrado allí. Se cree que los huesos atribuidos a Yunus probablemente pertenecían a un patriarca cristiano llamado Henanisho I.
Palacio enterrado
Enterrado bajo Nabi Yunus hay un palacio que fue tanto una residencia para los reyes asirios como una base para su ejército. Se remonta al menos al siglo VII a. C.
Cuando el este de Mosul se liberó de Estado Islámico en enero de 2017, los arqueólogos encontraron algo peculiar bajo los escombros de la mezquita: había muchos más túneles de los que se habían documentado antes.
De hecho, había más de 50 túneles nuevos, algunos de tan solo unos metros y otros de más de 20.
Peter A. Miglus, profesor de la Universidad de Heidelberg, que realizó una investigación preliminar en los túneles, explicó que el suelo de debajo de la mezquita estaba tan lleno de agujeros que parecía un queso suizo.
Image captionLos lamassu se construían para intimidar a los enemigos. Tienen el cuerpo de un toro, las alas de un águila y la cabeza de un humano.
La mayoría de los túneles parecen haber sido excavados utilizando picos, pero también hay rastros que sugieren que se usó una pequeña excavadora. El túnel más grande tiene alrededor de 3,5 metros de altura y el más pequeño no más de un metro.
Los informes iniciales sugerían que fueron los militantes de Estado Islámico quienes cavaron estos nuevos túneles.
Sin embargo, los habitantes del este de Mosul le dijeron a la BBC que contrataban a lugareños para hacer la excavación.
Querían saquear los artefactos asirios que había en su interior. Se cree que la venta de antigüedades fue la segunda fuente de ingresos del grupo después del petróleo.
La colina fue saqueada con cuidado, probablemente para preservar intacto cualquier descubrimiento. Sin embargo, algunos hallazgos parecen haber sido demasiado grandes como para que los militantes de Estado Islámico se los llevaran.
Probablemente estos objetos más grandes, algunos de ellos incrustados en las paredes, no podrían extraerse sin amenazar la integridad estructural de los túneles.
Tres mujeres
Cuando los periodistas de la BBC se adentraron en los oscuros túneles de la colina de Nabi Yunus, en marzo de 2018, muchos de los descubrimientos de los arqueólogos aún estaban allí.
El hallazgo más sorprendente fue un par de relieves que mostraban cada uno una fila de mujeres.
Se trata de un descubrimiento que plantea más preguntas que respuestas.
Paul Collins, del Museo de Arte y Arqueología Ashmolean de Oxford, cree que estas imágenes no tienen precedentes.
Es muy raro encontrar figuras femeninas de esta escala. Las mujeres, en las raras ocasiones en las que se las inmortalizaba, solían aparecer como cautivas -botín de guerra- o en una escala mucho más pequeña que en estos relieves, que llegan a la altura de la cintura.
Image captionEl hallazgo de un par de relieves que mostraban cada uno una fila de mujeres plantea más preguntas que respuestas.
Lo que intriga a los expertos en arte asirio es que estas mujeres, en lugar de ser representadas de perfil como es habitual en la escultura asiria, están de frente.
Aunque algunos expertos creen que el diseño repetido e idéntico implica que las figuras femeninas son diosas, Gansell es de otra opinión.
Según él, la ausencia de cuernos o una corona especial, unos símbolos que se utilizaban comúnmente para identificar a deidades en el arte asirio, significa que podría tratarse de representaciones de mujeres asirias mortales.
Gansell cree que puede que las mujeres representen a miembros reales o de la alta sociedad que llevan ofrendas a un dios, quizás en una actividad ritual.
"Su representación indica que Nabi Yunus podría haber tenido un espacio de adoración para mujeres. Proporciona nuevas pistas sobre el papel de las mujeres en la sociedad y la religión asirias. Es algo absolutamente único", aseguró Gansell a la BBC.
Lamassu
Junto a los relieves de las mujeres, en los túneles también se descubrieron grabados de una criatura mítica lamassu.
Los lamassu se construían en la entrada de los palacios asirios para intimidar a los enemigos y alejar a los espíritus demoníacos.
En el idioma acadio lamassu significa "espíritu protector". Tienen el cuerpo de un toro, las alas de un águila y la cabeza de un humano.
Los lamassu que encontraron son una prueba más de que las ruinas fueron en algún momento un lugar sagrado.
Este descubrimiento es un testimonio de cómo la historia de Nabi Yunus continuará saliendo a la luz a pesar de los esfuerzos por destruirla.