-
- La independencia de Cataluña arruinaría a los propios catalanes
- 26 COMENTARIOS I. M. Madrid.
- El PIB de la comunidad autónoma caería como mínimo 50.000 millones de euros. Una Cataluña independiente tardaría al menos diez años en lograr integrarse en el Euro.
- Una caída del Producto Interior Bruto (PIB) catalán de entre el 23 y el 50%; deslocalización de empresas; un incremento exponencial del déficit; la salida del euro...Estos serían, según diversos estudios, los efectos que provocaría la independencia de Cataluña en su economía, sin olvidar sus efectos letales para España.Uno de los informes más completos sobre una teórica secesión catalana es el elaborado por el catedrático de Economía de la Universidad Complutense de Madrid, Mikel Buesa. Sus cálculos indican que el PIB catalán sufriría una caída de 50.580 millones de euros o del 23,4% si se independizara de España. En términos per cápita, se pasaría de los cerca de 29.500 euros a los 22.500, o lo que es lo mismo, “de ser una región más rica que la media española, pasaría a ser una nación más pobre que esa media” y sus ciudadanos “se empobrecerían hasta llegar a un nivel equivalente al que actualmente gozan los ciudadanos de Ceuta”, señala Buesa en su informe.Sus cálculos apuntan a que las importaciones catalanas retrocederían en una cifra equivalente al 8,8% del PIB de la región, mientras que su déficit exterior se dispararía hasta los 25.700 millones de euros, algo más del 15,3% del total de su economía, lo que convertiría al recién nacido Estado en “la nación más deficitaria del mundo”.Los cálculos de Buesa no son los únicos que apuntan a un drástico empobrecimiento de Cataluña si se separa del resto de España. El vicepresidente del Parlamento Europeo, Alejo Vidal-Quadras, ha afirmado en más de una ocasión que la independencia le costaría a Cataluña entre el 30 y el 50% de su PIB en pocos años.La incertidumbre, la posible hostilidad de los consumidores ante los productos catalanes, la desaparición de las ventajas de pertenecer a la zona euro y el consiguiente establecimiento de aranceles para comerciar con España (el 50% de su mercado) o la UE (el 30%), o la deslocalización de multinacionales que valoran la pertenencia del país a la unión monetaria son algunos de los argumentos que esgrimen los expertos para valorar el coste económico de la independencia.Uno de los efectos inmediatos de la secesión sería la salida del euro (en el mejor de los casos tardaría 10 años en conseguir acuñar sus euros) y la pérdida de ayudas comunitarias, que entre 1989 y 2013 dejarán en la región la no despreciable cifra de 10.392 millones de euros.Una Cataluña independiente tendría que contar con su propia moneda, su propio Banco Central y sus organismos reguladores y tendría que haber hecho frente sola, por ejemplo, a los costes del proceso de reestructuración de las cajas de ahorros, en el que varias entidades catalanas han resultado beneficiarias del FROB.La independencia no casa tampoco con el modelo de negocio de los máximos exponentes de la empresa catalana. La Caixa o Gas Natural tienen gran parte de su negocio y sus clientes en el resto de España. El 35% de los 20 millones de clientes de Gas Natural están en el resto del país y sólo el 10% en Cataluña. Mientras, siete de cada 10 sucursales de La Caixa se sitúan fuera de Cataluña.Los efectos adversos en la actividad de una eventual secesión se sumarían a la pérdida de peso que la economía catalana ha experimentado en el conjunto de España en los últimos años.
De más a menos
Los datos de la Fundación de las cajas de ahorros (Funcas) indican que el PIB catalán cayó en 2009 por encima de la media española y constatan que su peso en el conjunto de la economía ha ido reduciendo paulatinamente hasta situarse en el 18,68% del total, superada por Madrid (18,71%).Cataluña ha sufrido más que otras regiones los envites de la crisis. Los datos del Banco de España correspondientes al primer trimestre del año indican que la región arrastra una deuda de 25.079 millones de euros, más de una cuarta parte del total de todas las autonomías españolas. El deterioro de las cuentas públicas catalanas se ha traducido también en una drástica rebaja de la calificación por parte de las agencias de rating. En diciembre de 2009, Moody’s bajó la calificación de la deuda catalana desde Aa3 a A1 con perspectiva negativa.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pospuso una visita de estado a Washington prevista para el mes próximo ante reportes de espionaje estadounidense a su país, lo que marca el momento más difícil en la relación entre las dos mayores potencias políticas y económicas del hemisferio en años.
El aplazamiento sin nueva fecha del viaje, programado inicialmente para el 23 de octubre, fue anunciado este martes por las presidencias de ambos países en comunicados que reflejaron distintas actitudes ante informes de prensa que afirman que Estados Unidos espió a Brasil y a la propia Rousseff.
El texto de Brasil sostiene que no están dadas las condiciones para la visita, debido a una falta de investigación oportuna de lo ocurrido.
"Las prácticas ilegales de interceptación de las comunicaciones y datos de ciudadanos, empresas y miembros del gobierno brasileño constituyen un hecho grave, atentatorio a la soberanía nacional" e "incompatible con la convivencia democrática entre países amigos", indica.
La Casa Blanca, por su parte, reiteró que el presidente Barack Obama "entiende y lamenta las preocupaciones que las revelaciones de presuntas actividades de inteligencia de EE.UU. generaron en Brasil" y buscará superar esa "fuente de tensión" bilateral por la vía diplomática.
Ambos comunicados señalaron que Obama y Rousseff conversaron por teléfono sobre este tema el lunes y esperan poder marcar una nueva fecha para el viaje de la mandataria brasileña.
"Es importante desde el punto de vista diplomático, pero desde el punto de vista político no tendrá una repercusión más grande"
Rubens Barbosa, exembajador brasileño ante la Casa Blanca
Una visita de Estado es la mayor acogida diplomática que un líder extranjero puede recibir en Washington, con más categoría que una visita oficial común, y la de Rousseff era la única prevista por Obama este año, la primera de un presidente brasileño en casi dos décadas.
La expectativa oficial cuando se anunció el viaje en mayo era que abriese un período de mayor confianza y cooperación entre ambos gobiernos, pero ahora parece ocurrir exactamente lo contrario.
Además de Brasil, otros aliados de EE.UU. como México o Colombia han aparecido citados como blancos de su espionaje en reportes de prensa recientes, basados en material filtrado por el exanalista de inteligencia estadounidense Edward Snowden.
Frente a esas informaciones, otros gobiernos también han pedido explicaciones a Washington, pero el de Rousseff ha exhibido una irritación especial que según analistas refleja intereses tanto de política exterior como interna de Brasil.
"Hipocresía"
Los reportes de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés) estadounidense espió a Rousseff, a miembros de su gobierno y a la empresa brasileña de petróleo Petrobras fueron divulgados recientemente de la red de televisión Globo.
Brasil reclamó a Washington explicaciones por escrito y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, con quien Rousseff discutió el asunto el viernes, indicó que Obama debía pedir disculpas a su sucesora.
Pero el gobierno estadounidense declinó hacerlo -al menos públicamente- y sus explicaciones fueron consideradas insuficientes por Brasil.
El comunicado estadounidense de este martes asegura que Obama pidió una revisión amplia de la actividad de inteligencia de su país, "pero el proceso llevará varios meses".
En cambio, el comunicado brasileño aludió a "la ausencia de una averiguación oportuna de lo ocurrido, con las explicaciones correspondientes y el compromiso de cese de las actividades de interceptación" estadounidenses.
"Brasil está ofendido primero porque tiene un concepto muy fuerte de soberanía, una tradición muy marcada en el país por su tamaño y poder a nivel internacional", dijo a BBC Mundo Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un centro de análisis basado en Washington.
Agregó que el caso "también revela la hipocresía de EE.UU.: mientras dice que quiere acercarse y tener mayor confianza" en Brasil, "esto va totalmente en contra de ese espíritu de crear confianza".
El diario Folha de Sao Paulo informó a comienzos de mes que, en procura de calmar las aguas, el gobierno estadounidense consideraba la posibilidad de apoyar la aspiración brasileña de tener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, como hizo con India en 2010.
Sin embargo, Oliver Stuenkel, un experto en relaciones internacionales de la Fundación Getulio Vargas (FGV) en Sao Paulo, consideró "poco probable" que Washington haga eso de inmediato porque sería obvio que es una consecuencia del escándalo de espionaje.
"Ese apoyo a Brasil es una decisión estratégica muy importante y tengo dudas de que Brasil consiga tenerlo", sostuvo y agregó que en el caso de India, la intención de Washington fue aprovechar su posición estratégica para limitar la proyección regional de China.
Política interna
Otros analistas señalan que también hay razones de política interna brasileña para explicar la actitud de Rousseff.
"Tenemos que recordar que Dilma está muy preocupada con su campaña de reelección", señaló David Fleischer, profesor emérito de ciencia política en la Universidad de Brasilia. "Un embate con EE.UU. le da mucha publicidad positiva y ayuda a aumentar su popularidad".
Los índices de aprobación de Rousseff se derrumbaron en junio durante una ola de protestas callejeras que sacudió a Brasil en reclamo de mejores servicios públicos y contra los gastos multimillonarios del Mundial de Fútbol 2014.
Encuestas recientes indican que, tras una serie de iniciativas y anuncios para responder a esas demandas, la presidenta recuperó parte del apoyo perdido, pero aún necesitaría ir a una segunda vuelta electoral el año que viene para lograr un nuevo mandato.
A la reunión del viernes en una residencia presidencial donde Rousseff anticipó su decisión de suspender su visita a Washington, asistieron, además de Lula y funcionarios gubernamentales, miembros del comando de campaña para su reelección, informaron medios brasileños.
¿Quiebre o malestar pasajero?
"Tenemos que recordar que Dilma está muy preocupada con su campaña de reelección. Un embate con los Estados Unidos le da mucha publicidad positiva a ella y ayuda a aumentar su popularidad"
David Fleischer, profesor emérito de Ciencia Política en la Universidad de Brasilia
Los expertos coinciden en que el escándalo del espionaje supone un claro golpe a la relación bilateral de EE.UU. con Brasil, pero descartan que pueda haber una ruptura o un daño irreparable.
El diferendo "es importante desde el punto de vista diplomático, pero desde el punto de vista político no tendrá una repercusión más grande", sostuvo Rubens Barbosa, un exembajador brasileño ante la Casa Blanca y asesor de la federación industrial de Sao Paulo.
A su juicio, ambos países tienen hoy temas más inquietantes que resolver como la crisis de Siria para EE.UU. o la situación económica para Brasil, y la agenda de la visita de Rousseff a Washington carecía de un acuerdo o negociación sustancial que pudieran concluir los presidentes.
Barbosa recordó a BBC Mundo que la relación bilateral sufrió seriamente con el desacuerdo que EE.UU. y Brasil tuvieron en 2010, cuando Lula buscó junto a Turquía una salida a la crisis por el programa nuclear de Irán que fue desechado por Washington.
De todos modos, Rousseff y Obama habían trabajado en los últimos años para mejorar el vínculo entre sus países, que a EE.UU. le interesa para tener un aliado de peso en Sudamérica y a Brasil para mejorar su comercio, educación y tecnología, áreas claves para su desarrollo.
Los comunicados presidenciales de este martes aluden a esos esfuerzos para avanzar en la "asociación estratégica" de sus países.
Pero con el escándalo del espionaje y la cancelación de la visita de Rousseff "es muy difícil decir quién pierde más", señaló Shifter desde Washington. "Ambos países pierden", concluyó. "Los dos se necesitan mutuamente".