jueves, 5 de enero de 2017

LA CASA DE EISHA DONDE VERANEA HUMALA

HILDEBRANDT EN SUS TRECE DESTAPA LA HISTORIA DE LA CASA DE EISHA DONDE VERANEA HUMALA

Airon Nelson

Periodista que le gustan los tatuajes. @AironNelson

Un nuevo informe de Hildebrandt en sus trece revela que a la pareja presidencial le gusta pasar el verano en casas de Asia que cuestan alrededor de 30 MIL DÓLARES. Según el informe de Alonso Ramos, este inmueble sería pagado por Rocío Calderón. Sí, la amiga de la Primera Dama que le presta su tarjeta para que haga compras en el extranjero y, además, es la pareja sentimental del brasileño Marcos deMoura Wanderley, un personaje que –ya lo hemos mencionado antes– está vinculado a la corrupción del caso de la Interoceánica.
Casa
En una casa como esta, la pareja presidencial habría pasado su verano. Foto: Hildebrandt en sus trece.

El costo del alquiler y sus ‘vecinos’

La casa a la que gustan ir los Humala-Heredia en verano, pertenece a uno de los clubes más importantes de la playa Las Arenas, “un exclusivo condominio situado en el kilómetro 94.5 de la Panamericana Sur, en Asia (Cañete)“. Según fuentes que conversaron con el semanario, la pareja presidencial alquiló la casa D-13 (situada en la cuarta fila de la playa) en el año 2012.
El alquiler de este inmueble cuesta entre 7 mil y 9 mil dólares mensuales y por temporada (enero-marzo) el precio bordea los 30 mildólares.
El informe detalla que Nadine y Ollanta enviaban a diferentes personas para el trámite del alquiler, y una de estas personas habría sido ‘Chio’. 
“La pareja presidencial, de acuerdo a nuestras fuentes, utilizó emisarios y/o emisarias para este alquiler. Una de ellas sería Rocío Calderón Vinatea, la amiga que le prestaba alegremente su tarjeta a doña Nadine…”
La familia Humala Heredia veraneó en este balneario entre los años 2012 y el 2015. Sin embargo, desde el año pasado, cambiaron la casa D-13 -mencionada líneas arriba- por una situada en primera fila.
Ollanta en una postura rara (muy lejos de su versión militar) junto a Nadine y María Pía Copello. Foto: Facebook.
Ollanta en una postura rara (muy lejos de su versión militar) junto a Nadine y María Pía Copello, otra de sus vecinas en Asia. Foto: Facebook.
El semanario también conversó con Max Gonzalez, propietario que alquiló la casa a los Humala-Heredia y confirmó que efectivamente la pareja presidencial pasó los últimos dos veranos (20142015) en dicha casa, pero negó que el contrato lo hayan hecho ellos.
“Es un asunto reservado. Yo he alquilado la casa a una persona y tengo entendido que esa persona invitó al presidente y a su familia. A ellos los he visto pocas veces”.
Otro dato importante que suelta Hildebrandt en sus trece, es los nombres de los vecinos de la nueva casa que alquilaron los Humala-Heredia, fíjense bien:
“(…) al dueño del restaurante ‘Don Mamino’, Ignacio Rouillon; al cantante Gian Marco Zignago, al abogado Carlos Puente de la Mata (hijo de la excongresista Judith de la Mata), el director de Odebrecht en Perú, Erlon Arfelli; y al presidente ejecutivo de la empresa agroindustrial Camposol, Samuel Dyer Coriat, hijo del poderoso empresario pesquero Samuel Dyer Ampudia”.
Sí, ahora uno de sus vecinos de verano es Erlon Arfelli, el director de la empresa brasileña Odebrecht en Perú. ¿Y recuerdan quién más tenía conexiones con Brasil? Pues Rocío Calderón, la amiga que -justamente- está sindicada como la persona que les alquiló esta propiedad en Asia.

A propósito de los vecinos de Nadine y Ollanta…

Marcelo Odebretch, presidente de la empresa que en Perú está representada por
Marcelo Odebretch, presidente de la empresa que en Perú está representada por
Acaba de ser detenido en Sao Paulo (Brasil) el presidente de OdebretchMarcelo OdebretchEsta empresa –que en nuestro país es representada por Erlon Arfelli, vecino de la pareja presidencial en Asia– está siendo investigada por la supuesta participación en una red de corrupción que habría obtenido contratos amañados con Petrobras y que a su vez está involucrada en el pago de “propinas” a los gobiernos de Alejandro Toledo y Alan García durante la construcción de la carretera Interoceánica.
“…la Policía brasileña arrestó este viernes a Marcelo Odebrecht, presidente de la mayor compañía de ingeniería y construcción de América Latina, Odebrecht S.A., vinculada en nuestro país con los supuestos sobornos por la carretera interoceánica a los expresidentes Alejandro Toledo y Alan García“.
Hay que recordar que este caso de corrupción, también involucra a Marcos de Moura Wanderley, el novio de Rocío Calderon. Marcos, es un empresario brasileño que en varias ocasiones ha ido a entidades del Estado.

jueves, 29 de diciembre de 2016

CONSTRUCCION CIVIL - SERVICIOS EN GENERAL

TELEFONO 2768760-TODO EL DIA-PARA SOLICITAR SERVICIOS

PLAYA ILUMINADA EN LIMA

La primera playa con iluminación nocturna en América Latina está en Lima




“Esta obra va a beneficiar el deporte nocturno”, señaló el burgomaestre.


El alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio inauguró el nuevo sistema de iluminación nocturna en la playa La Pampilla, lo cual beneficiará a los que practican surf y el entretenimiento familiar, informó la comuna capitalina.
Con esta obra, Lima es la primera ciudad de América Latina en contar con una playa iluminada en horario vespertino.
La playa cuenta con cuatro postes de concreto polimérico instalados en las inmediaciones de la playa. Y cada poste tiene dos potentes reflectores LED de 1000 watts, los que iluminan 200 metros a la redonda, con 400 metros de profundidad.
“Tenemos la primera playa de Latinoamérica que cuenta con iluminación para los tablistas, y esta obra va a beneficiar el deporte nocturno, a quienes vienen a practicar deporte en el mar y a los vecinos que quieran apreciar el paisaje con sus familias”, señaló el burgomaestre de Lima.
Castañeda agregó que colocará bancas y puntos de descansos para los visitantes en el malecón instalado entre las playas La Pampilla y Punta Roquitas.

lunes, 26 de diciembre de 2016

¿Se ha olvidado el mundo de Grecia?

Alexis Tsipras

qué pasa en el país con la mayor crisis económica en Europa

Europa entera estaba en vilo por Grecia hace ahora justo un año.
El país estaba al borde del precipicio, incapaz de hacer frente a su abultada deuda exterior y amenazando la existencia del euro, la moneda común europea.
Los griegos habían elegido en enero de 2015 a un joven primer ministro, Alexis Tsipras, líder del partido radical de izquierdas Syriza.
Tsipras prometía acabar con la austeridad y proteger a los pobres y a los pensionistas, en un país con 24% de desempleo y una deuda pública alrededor del 180% del Producto Interno Bruto.
El país no podía pagar sus deudas, pero Tsipras se negaba a dar su brazo a torcer.
En el verano europeo de 2015, el gobierno heleno impuso controles de capitales, cerrando los bancos y limitando la retirada de dinero, en una situación que se parecía cada vez más al corralito de Argentina de principios de este siglo.
Justo entonces, cuando muchos daban la situación por perdida, en julio Tsipras cedió ante los acreedores de Grecia para mantener a su país en la Eurozona y acordó un tercer rescate de 86.000 millones de euros (US$98.000 millones) a cambio de más recortes, a pesar que él mismo admitía no creer en ese acuerdo.

Grecia en cifras

$98.000 millones
Rescate acordado en 2015
  • $2.600 millones Pago de la deuda en julio
  • $6.100 millonesRecortes acordados
  • 24,4% Desempleo
  • 182,8% Deuda pública como % del PIB en 2016 (proyecciones)
AFP

Respiro

Como resultado de este pacto, su partido se partió en dos y los críticos crearon otra formación política.
Pero en septiembre Tsipras fue reelegido, eso sí liderando una coalición de gobierno que cuenta con apenas 153 diputados de 300 del parlamento griego.
Prometió paliar el daño provocado por siete años de austeridad.
Desde entonces, la llegada de miles de refugiados a las costas griegas, muchos de ellos huyendo de la guerra en Siria, dominó las primeras planas de los diarios.
Unos 50.000 siguen atrapados en Grecia después de que los países vecinos cerraran sus fronteras.
El número de refugiados que llega a territorio griego se ha reducido desde abril gracias en parte a un acuerdo de la Unión Europea con Turquía.

Protestas en Atenas, 8 de abril 2016

Al rojo vivo

Ahora, Grecia vuelve a estar al rojo vivo, nuevamente por culpa de la economía.
Durante este fin de semana, miles de manifestantes salieron a las calles de Atenas y Salónica, la segunda ciudad más importante del país, mientras que el transporte y el sector público se veía paralizado por una huelga general de tres días.
Protestaban contra nuevos recortes de 5.400 millones de euros (US$6.100 millones) exigidos por los acreedores hasta 2018, equivalente al 3% del PIB, y que forman parte de las condiciones del tercer rescate.
Los sindicatos afirman que los griegos simplemente no pueden soportar más austeridad.
Aún así, el parlamento aprobó a primera hora de este lunes una nueva reforma de las pensiones que, entre otros, apunta a subir la edad de jubilación de los 63 años a los 67, además de aumentar el IVA del 23% al 24%.
Refugiados siendo expulsados de Grecia a TurquíaImage copyrightAFP
Image captionLa crisis de los refugiados centró la atención de los griegos los últimos meses.

Más exigencias

En juego está recibir el siguiente desembolso del rescate aprobado el año pasado.
El gobierno afirma que, con estas nuevas medidas, ya han cumplido su parte del trato.
Pero el Fondo Monetario Internacional (FMI) y algunos países europeos exigen ahora más recortes. Concretamente 4.000 millones de euros (US$4.500 millones) para crear un fondo contra hipotéticos futuros impagos de la deuda griega, algo que Atenas dice no estaba contemplado en el rescate original.
Los ministros de Economía y Finanzas de los 19 países de la Eurozona se reunieron este lunes en Bruselas en un encuentro extraordinario para desbloquear la situación y ver si hay alguna manera de aliviar la deuda griega, además de discutir sobre el fondo de contingencia propuesto en caso de impago de la deuda.
El jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, afirmó que espera llegar a un acuerdo con Grecia sobre las nuevas reformas el próximo 24 de mayo, apuntando que las conversaciones actuales suponen una "primera discusión" sobre el tema.
Por su parte, el comisario europeo de asuntos económicos, Pierre Moscovici, dijo que "un acuerdo debe de resolver tres asuntos: reformas, ya lo hemos logrado, un mecanismo de contingencia, estamos muy cerca, y el problema de la deuda que estamos comenzando a discutir".
Según los expertos, este alivio -en caso de producirse- vendría más bien en forma de una reestructuración de los vencimientos o aplicando tasas de interés más bajas, en vez de una quita de la deuda como quiere Grecia.
Mientras el tiempo corre y el fantasma de la insolvencia y el Grexit, o salida de Grecia de la Eurozona, vuelve a cernirse sobre la nación europea que en julio debe de pagar vencimientos de deuda de 2.300 millones de euros ($US2.600 millones).

FALTA DE EMPLEO, DESEMPLEO EN USA

"Tengo 47 años, me crié en Silicon Valley, no consigo trabajo y siento vergüenza", la carta que conmueve a Estados Unidos(IStock)

Un hombre la escribió en el sitio Vox. Es uno de los nueve millones de estadounidenses que no logran conseguir un empleo estable

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La mayoría de la gente que es parte de mi vida no lo sabe. Mis amigos, mis conocidos, los padres de los compañeros del equipo de fútbol de mi hijo: ninguno lo sabe.
He preparado un discurso para cuando surge la pregunta. Digo que estoy pensando en cambiar de trabajo, o que me he dedicado a organizar la casa desde que nos mudamos, o que soy un "consultor".
Lo que realmente sucede es que tengo 47 años y estoy desempleado.
Hace ya siete años que oscilo entre tener y no tener trabajo. Esta última temporada sin ocupación estable ha durado casi dos años. Luego de enviar toneladas de solicitudes y pasar por entrevistas de cinco horas que terminan en rechazo, cada día me asalta el miedo de que nunca voy a volver a un empleo de tiempo completo.
Hay muchos hombres como yo por ahí. En los Estados Unidos hay nueve millones de trabajadores en edad productiva que no encuentran empleo. De ellos, siete millones han abandonado ya la búsqueda.
Según algunos economistas, la recesión y la recuperación lenta son la fuente del problema. Fue mi caso, por cierto. Nací y me crié en Silicon Valley y he atravesado las olas de crecimiento tecnológico en el área. Dado que varias de las empresas para las que trabajé cerraron durante la recesión, no he podido reingresar al mercado de trabajo, y los conocimientos profesionales que he perfeccionado no son ya relevantes.
Cada día que paso sin trabajo amplía la brecha acechante del desempleo en mi curriculum vitae. El estrés de la incertidumbre me afecta. También el sentimiento de vergüenza, ya que no le brindo a mi familia lo que debería.
A veces siento que quisiera rendirme, y ya. Y durante algunos períodos –a veces, meses– lo he hecho.
Las cosas no eran tan malas cuando comencé a trabajar, luego de graduarme, en la década de 1990. El dinero fluía en Silicon Valley. Nunca pensé que un día, pasados mis 40 años, iba a tener que luchar para mantenerme a flote.
 A veces siento que quisiera rendirme, y ya. Y durante algunos períodos –a veces, meses– lo he hecho
La primera vez que me despidieron, en 2002, mi esposa estaba embarazada de nuestro primer hijo. Además de la lista interminable de solicitudes de trabajo, me estresaba pasar horas revisando las cuentas, discutiendo la logística de las finanzas para recibir a nuestro hijo en una casa que sólo contaba con el ingreso de mi mujer. Luego de un tiempo, conseguí un empleo en una empresa local de tecnología informática, pero me encontré nuevamente en la calle cuando la compañía cerró, en lo peor de la recesión, en 2009. Ya teníamos a nuestro segundo hijo y pagábamos una hipoteca.
Durante los siguientes siete años conseguí cinco empleos y los perdí cuando las empresas cerraron. Los únicos trabajos que encontré eran por contrato, temporales o de medio tiempo, siempre con promesas vagas de estabilidad que nunca se concretaban.
Un ciclo de desempleo interrumpido por empleos intermitentes.
La tecnología informática, además, se basa en dominar el software que la compañía tenga, cualquiera sea; con cada despido acumulé experiencia que se volvió obsoleta al instante. La combinación de empresas que cerraban y mi atraso en la capacitación me hacía más vulnerable. El patrón de desempleo y solicitudes de trabajo ganó una familiaridad escalofriante. Desde que perdí mi último trabajo, a comienzos de 2015, el ciclo parece haberse congelado.
No he podido conseguir un empleo de tiempo completo.
Aunque mi esposa tiene un empleo estable, vivimos con el dinero más que justo, a veces con USD 30 para mantener una familia de cuatro durante una semana. Bajamos el costo del cable, de los celulares y de internet; dejamos de ir al gimnasio y de salir comer con nuestros amigos más prósperos, para evitar cuentas caras, conversaciones incómodas y de vez en cuando un poco de celos. Volvimos a usar dinero en efectivo para evitar costos bancarios; no llevo a mis hijos a hacer las compras para evitar negarles el cereal o el snack que puedan querer y pedirme.
Muchas veces pensé en emplearme en servicios o tareas manuales. Pero siento temor de quedarme atrapado en una situación sin perspectivas de crecimiento. Y también me sentiría humillado: me resultaría muy difícil trabajar ocho horas por día cruzando los dedos para que ningún vecino o amigo me vea en una caja registradora o en una gasolinera. Ya me siento desmoralizado, no necesito más ira contra el mundo.
Gastamos todos nuestros ahorros y no hemos podido reponerlos. A veces me pregunto cómo haríamos si tuviéramos un gasto inesperado, como una emergencia médica.
 Gastamos todos nuestros ahorros y no hemos podido reponerlos
Hace poco comencé con una horas de consultoría de software en una empresa local. No es algo fijo pero me permite salir de la casa y puede convertirse en algo más permanente. Pero sobre todo es mejor que nada.
Cada día paso horas recorriendo listas de trabajos en internet y llenando las solicitudes con la convicción de que el 99% de las veces no habrá respuesta. Muchas veces, antes de hacer click en "Enviar" y mandar mis datos al vacío de la red, me he preguntado si hay alguien del otro lado. Cuando he llegado a la instancia de las entrevistas me he preguntado si no será mi edad: creo que la discriminación por la edad es algo real y pernicioso en Silicon Valley.
Luego de cada rechazo caigo en una espiral de negatividad. ¿Qué hice mal? ¿Qué fue lo que no les gustó de mí? Dudo de mí mismo al punto de pasar semanas sin siquiera insistir con la búsqueda, convencido de que nunca voy a volver a trabajar.
Extraño tener algún lugar al que ir todos los días. Extraño la interacción con adultos, además de mi mujer. Extraño la perspectiva de tener por delante un día productivo.
 Extraño tener algún lugar al que ir todos los días. Extraño la interacción con adultos, además de mi mujer
A veces ni siquiera salgo de la casa. Paso el tiempo leyendo listas de trabajo en internet y distrayéndome. Últimamente mis pensamientos parecen reflejar una especie de crisis existencial. ¿Qué sentido tiene que esté en este mundo? Si consiguiera un empleo y pudiera mantener un mejor nivel de vida y mi familia me respetara más, ¿sería suficiente para justificar mi existencia? ¿O en el fondo nada cambiaría?
Existe la idea de que estar desempleado permite que uno tenga tiempo libre para explorar sus intereses o para ponerse en forma. La realidad es que resulta muy difícil encontrar el espacio mental para hacer algo así. Un hobby me parecería una distracción: ¿voy a aprender a manejar un drone cuando en realidad tengo que buscar trabajo? Me comprometí conmigo mismo a no mirar televisión durante el día; me sentiría avergonzado.
Me levanto, abro mi laptop y me dispongo a pasar el día llenando solicitudes y enviando correos de recordatorio. Entonces comienza la distracción. Me digo: "Sólo una miradita rápida a Twitter, para ver qué pasa en el mundo". De pronto miro y se ha hecho la 1:15 de la tarde. Twitter es mi heroína.
 Me comprometí conmigo mismo a no mirar televisión durante el día; me sentiría avergonzado
Durante las elecciones me mantuve detalladamente informado y me pasé horas tuiteando con extraños sobre asuntos políticos esotéricos. Leí libros de teoría económica para comprender mejor lo que presentan las noticias. Pero es una pérdida de tiempo: nada de eso contribuirá para que sea más apto para un trabajo.
Y está el estigma social.
Es difícil no preocuparse por lo que piensan los otros sobre mí, sobre por qué llevo tanto tiempo sin encontrar empleo. Percibo el descontento de mi madre y de mi hermano. Cada vez socializo menos, y hasta he perdido contacto con ex compañeros de trabajo que pueden estar en la misma situación que yo.
Temo estar dándoles un mal ejemplo a mis hijos, que ya tienen 10 y 14 años. Temo que me vean como un cuento con moraleja, no como un modelo. Cuando les hablo, trato de hacer énfasis en la importancia del trabajo y de cuidar el dinero. Mantengo la esperanza de que eso les llegue como un rasgo mío, que vean que no soy sólo el hombre que llena solicitudes sin fin en su computadora y ni siquiera puede juntar el coraje para decirle la verdad a la gente.
Y sobre todo me preocupa mi esposa. Me preocupa cargarla con la responsabilidad de ser la única fuente de ingresos de nuestra familia. A veces cuando llega del trabajo estresada por un mal día en la oficina, me ve sentado ante la computadora en la sala y me dice que siente celos de que yo pueda quedarme todo el día en la casa. Le contesto que ella es la que tiene suerte: se levanta y va a una oficina donde la necesitan y recibe un salario a cambio de sus esfuerzos.
Ella no puede identificarse con mis frustraciones cotidianas, y yo no puedo identificarme con las de ella.
Asumí muchísimas más responsabilidades del hogar: limpiar, cocinar, todos los quehaceres. No me salen bien. Y me dan pena todas las amas de casa: el trabajo doméstico es categóricamente una porquería. A nadie le gusta hacerlo.
La cuestión principal no es que me quedé sin empleo, sino que quiero esconderme de la gente.
No hay nada de malo en perder un empleo. La vergüenza consiste en no poder conseguir otro, en especial en una zona floreciente como Silicon Valley. Temo que mis amigos crean que el problema soy yo.
 No hay nada de malo en perder un empleo. La vergüenza consiste en no poder conseguir otro
En eso radica la ironía: sé que la manera de conseguir trabajo es salir y decirle a la gente que uno está en la búsqueda. La mejor manera de conseguir trabajo es recurrir a los conocidos y a la red social para fortalecer las conexiones.
Un día voy a generar el coraje necesario.
Por ahora mi desesperación es silenciosa. Por ahora es mi secreto.
(Carta de Andy Williams (seudónimo) en Vox.com)